EL SUEÑO DEL PRIMER EMPLEO
Tener un empleo o la oportunidad de ejercer, con remuneración, la profesión para la cual se han capacitado, es el sueño de los jóvenes graduados de nuestras universidades o institutos tecnológicos y de especialidades.
Pero ese anhelo tropieza con una dura realidad: en el país no hay puestos disponibles para los millares de nuevos profesionales que egresan de esos centros ilusionados con servir a la sociedad.
Las dudas sobre el futuro incierto de los profesionales respecto a la posibilidad de conseguir empleo tan pronto salen de los centros superiores con sus títulos en las manos, ha influido en la decisión de muchos jóvenes de buscar otros atajos para conseguir trabajo retribuido.
Esa puede ser una de las razones por las cuales el 70 por ciento de los bachilleres declina entrar en las universidades, porque temen que asumir una carrera profesional de cuatro o más años es una pérdida de tiempo.
Este es, ahora, uno de los grandes dilemas que tiene la sociedad dominicana: propiciar las condiciones para promover más empleos u oportunidades en favor de estos técnicos o profesionales, en función de las necesidades del desarrollo económico y social del país. LISTÍN DIARIO, preocupado por esta realidad, ofrece a partir de hoy a todos sus lectores los resultados de una investigación periodística sobre las expectativas que tienen los jóvenes respecto al primer empleo, las dificultades existentes y las iniciativas legales que se discuten para promoverlo, así como las experiencias vividas por aquellos que sí consiguieron trabajo remunerado.
La serie también se ocupa de describir las ofertas de recursos humanos especializados, las condiciones que se exigen para merecer un empleo, las modalidades de pasantías, el rol de los intermediarios y la creciente tendencia a explorar y practicar el emprendedurismo o la búsqueda, por cuenta propia, de un negocio o actividad productiva. LISTÍN DIARIO aspira a que, con este enfoque integral de su investigación periodística, el Estado y el sector empresarial, industrial o comercial, se animen a diseñar, en conjunto, un modelo de producción que fomente más empleos y evite que nuestra juventud, bloqueada en sus sueños de trabajar y producir, pierda definitivamente la fe en el destino de su propio país.