La importancia del OBP
El pelotero latinoamericano y especialmente el dominicano, tiene fama de ser “free swinger”, es decir un bateador que se va con cualquier lanzamiento, esté o no en la zona de strike. Esta característica, perjudicial en la inmensa mayoría de los casos, tiene como resultado que muchos jugadores no logren triunfar en las Grandes Ligas, pues terminan siendo bateadores vulnerables y por ende, fácilmente dominables. Hay casos de jugadores con la habilidad para conectar pitcheos malos, pero esos vienen a ser las excepciones que confirman la regla, ya que resultan tan escasos como las muelas de gallina. Entre esos singulares peloteros se puede citar a Vladimir Guerrero, el clásico bateador de lanzamientos fuera de la zona de strike, que a pesar de ello, consiguió triunfar en las Ligas Mayores y labrar una carrera que le llevó al Salón de la Fama de Cooperstown.
Las bases por bolas
En innumerables ocasiones una transferencia puede ser la diferencia en el desenlace final de un juego y sin embargo, muchos jugadores se resisten a embasarse por esa vía o no tienen la habilidad para hacerlo. Muchas veces prevalece un desmedido afán de protagonismo y el bateador busca producir un hit importante, pero en otras ocasiones el problema se deriva del desconocimiento de la zona de strike. Abriendo una entrada o en el transcurso de una amenaza, la base por bolas es un recurso vital para un equipo que está en desventaja o se encuentra al frente en el marcador con una ventaja precaria. ¿Cuántas veces no hemos visto a un bateador fallar por hacer swing a un envío que pudo ser la cuarta bola, comenzando un episodio o en medio de un rally? Una enorme cantidad de encuentros se pierde a lo largo de una temporada por la impaciencia, indisciplina o incapacidad de los jugadores en el plato, que les impide lograr un boleto a primera o porque un dirigente no tuvo la suficiente autoridad para ordenar a un bateador esperar un primer o segundo strike.
Como se calcula
Una forma significativa de medir la eficacia de un jugador es mediante el porcentaje de embasarse (OBP, por sus siglas en inglés), una estadística que refleja la capacidad del bateador para llegar a las bases, ya sea a través de un hit, un pelotazo o una transferencia.
El OBP se calcula de la siguiente manera: OBP = (H+BB+HBP) / (VB+BB+HBP+SF), en que H = hits, BB = bases por bolas, HBP = golpeado por el pitcher, VB = turnos al bate, SF = flies de sacrificio. Es importante destacar que un buen OBP ronda los .350. Un OBP por encima de .400 es excelente y un porcentaje que sobrepasa .450 está reservado a un circulo muy reducido conformado por los virtuosos del bateo.. Los grandes bateadores promedian apenas un poco más de tres hits por cada diez turnos y los pelotazos son una eventualidad, por lo que las bases por bolas representan una parte vital en el OBP y negociarlas, una habilidad de enorme trascendencia.
Canó y Taveras
En la temporada de 2005, Robinson Canó, quien para ese entonces se desempeñaba como intermedista de los Yankees de Nueva York y Willy Taveras, a la sazón jardinero de los Astros de Houston, no ganaron el premio de Novato del Año en sus respectivas ligas debido en gran parte a su pobre OBP y todo por las pocas transferencias que recibieron. Canó registró un OBP de .320 y sólo consiguió 16 boletos en 522 turnos, bateando principalmente como segundo y noveno, mientras que Taveras, en la posición de abridor, únicamente recibió 25 bases por bolas en 592 oportunidades ofensivas. Ambos OBP son bajísimos para dos bateadores de contacto y que se supone deben estar con asiduidad en circulación en espera de remolque. Con los años, Canó mejoró en ese aspecto de su juego y se convirtió en una de las estrellas del negocio, en tanto que Taveras, aunque en las dos siguientes campañas aumentó su porcentaje de embasarse, decayó nuevamente y de forma sustancial en ese renglón y desde 2010 está fuera de las Grandes Ligas, luego de agotar una carrera en el Big Show que se limitó a 7 temporadas.
Los mejores
Los 5 jugadores con mejor OBP en la historia son, Ted Williams (.480), Babe Ruth (.474), Billy Hamilton (.455), Lou Gehrig (.447) y Barry Bonds (.444). Entre los latinos, el primero es el boricua Edgard Martínez (.418), quien aparece como número 16 en el listado vitalicio y en segunda posición está el dominicano Manny Ramírez (.411), que figura vigésimo sexto. Los jugadores criollos que siguen a Ramírez son, Albert Pujols (.385), quien ocupa el lugar 93 y Alex Rodríguez y David Ortiz (.380), que comparten la posición 117.