ANTONIO GUADALUPE EL PINTOR DE MOCA
“La mayoría de los niños nace con una forma interna de creatividad. Eso pienso yo”.
Es normal ver a los niños con crayolas, lápices de colores o de carbón dibujando lo que pasa por sus mentes. “A mí me gustaba dibujar desde niño”, se expresa el premio de la Bienal Nacional de Artes Visuales (1993), Antonio Guadalupe.
Pese a su inclinación desde muy joven por el dibujo, no tuvo la oportunidad de ingresar a Bellas Artes alrededor de sus 18 años. Se puede decir que su primer maestro fue el pintor Poncio Salcedo, a quien desde la comodidad del patio de su casa, allá en Moca, le veía pintar todos los días. Como era solo un niño, su curiosidad no se quedaba solo en observar cómo su vecino creaba hermosas obras, sino que le era necesario intentar hacer lo mismo. Es ahí donde el gusto se unió a la curiosidad para dar paso a la vocación.
Otra casa que se convirtió en su escuela fue la del maestro Yoryi Morel, en Santiago. Este fue su mentor, amigo, maestro y compañero de trabajo. Con los conocimientos adquiridos de su mano, Guadalupe comienza a realizar sus primeros trabajos de pintura.
Cuando decide viajar a Santo Domingo, para tomar clases de arte de manera formal, sus conocimientos eran amplios para un joven de 18 años proveniente de un lugar donde no había ninguna formación artística para aquella época.
Sin embargo, no terminó sus estudios académicos en Bellas Artes, sino que al poco tiempo abandonó la carrera, más no la vocación. Parte entonces hacia Nueva York y allí tiene la oportunidad de encontrarse con el pintor italiano Prillo Grinilli. Es con él que inicia su faceta como maestro de pintura, como asistente de Grinilli. “Ya estaba bien avanzado en mis conocimientos, él tenía una pequeña academia donde daba clases privadas y yo fui su asistente. Esa fue una experiencia extraordinaria”, resalta.
Academia de pintura en Moca
Su viaje a Estados Unidos le sirvió no solo para iniciar su faceta de educador, sino también para ampliar su saber artístico, pues allí pudo visitar los museos más importantes de Nueva York y de esa manera ir apreciando diversas técnicas y a las vez conocer otros pintores destacados de la época.
Al su regreso se encuentra con la Revolución de Abril. Pasada esta revuelta, en el año 1966, decide abrir en su ciudad natal un lugar donde los interesados en estudiar pintura pudieran tener un espacio. Aquí es donde nace la Academia de arte Vicent Van Gogh. “En esa academia se formaron varios artistas, entre esos Félix Guzmán, Rafael García, Tatiana Pérez y Manuel Guzmán; fueron 18 más o menos”, puntualiza.
Debido a la falta de una escuela de Bellas Artes en Moca, Guadalupe habla con Aida Cartagena y el profesor Máximo Avilés Blonda, quien era el director de la institución en Santo Domingo en ese momento, para que con la subvención que tenía la academia se organizara en Moca una sede de Bellas Artes.
Su vocación de dibujante no menguó, sino que era su interés que los muchachos mocanos desarrollaran esta habilidad mucho mejor que en los tiempos de su niñez. “Yo dejo Vicent Van Gogh y se forma la academia de Bellas Artes en Moca con Aida Cartagena. Luego, me fui a la capital e inicio con mis exposiciones “, comenta el artista.
Cambios en el mercado del arte
Los tiempos no son los mismos; eso es notable también en las artes. Anteriormente, quien deseaba estudiar esta carrera tenía que valerse de un amigo artista, o tener los recursos necesarios para viajar hasta Santo Domingo puesto que solo aquí estaba la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Otro factor era el apoyo que recibían los jóvenes que mostraban alguna aptitud para las artes. “Desde que yo inicié aquí ha cambiado para bien”, resalta Antonio Guadalupe, al referirse a los diferentes cambios que han sufrido la plástica desde el inicio hasta la fecha.
“Antes no había esa efervescencia tan amplia como lo hay ahora. Pero tampoco, y no quisiera decir esto, no había quizás tanto conocimiento como hay hoy. En aquel entonces se conseguían las obras de grandes maestros a un precio que no se puede ni mencionar de tan bajo que era”, puntualiza Guadalupe quien indica además que el arte ha tenido un incremento a nivel mundial.
Apoyo a la plástica
Algunos artistas consideran que debe darse mejor difusión internacional al arte dominicano. Otros entienden que las obras ya no son consideradas con valor cultural, sino que hay personas que las ven como simple decoración. Antonio Guadalupe, por su parte expresa que todo es relativo.
“En el mundo de la plástica ocurren momentos por lo que no se puede decir que no hay apoyo institucional. Ellos han estado haciendo su trabajo, ahora bien, todavía el arte no tiene el auge que debería, porque todo es un proceso”, resalta. El maestro destaca que si bien es cierto le falta más auge a la pintura, no solo se debe esperar que las autoridades hagan algo, sino también que las empresas privadas, los coleccionistas e incluso los mismos artistas tienen que hacer.