MARÍA MARTE PREPARÓ LA RECETA DE SU DESTINO
El francés Gustavo Le Bon, experto en psicología social y autor de numerosos trabajos en los que expone teorías sobre el deseo inconsciente de superación personal que emana desde el interior del ser humano, afirmaba: “El hombre es el verdadero creador de su destino. Cada persona construye sus condiciones, su éxito y su destino en virtud de los pensamientos que escoge y guarda en su mente. Todo lo que se manifiesta en nuestra vida es el resultado de lo que previamente se ha manifestado en nuestra mente”. Estas frases asumen rostro y personalidad cuando son asociadas a la chef dominicana, María Marte.
Oriunda de Jarabacoa, se define a sí misma como “una mujer luchadora, trabajadora incansable y apasionada por la cocina”. Su vocación por la gastronomía se despertó durante la infancia. Mientras sus amigas jugaban con la “cocinita” de juguete, ella cocinaba platos reales. Luego de un período de formación en pastelería, asumió el reto de empezar una nueva aventura en España.
Su historia, como muchas otras relacionadas con la inmigración, está motivada por la esperanza de construir un sólido futuro para ella y su familia. Acompañada de su hijo mayor, Julio, y dejando sus mellizos Paula y José, en República Dominicana, Marte comenzó a trabajar en el área de lavaplatos del prestigioso restaurant Club Allard, de Madrid, España, pero decidida a trillar un camino hacia el éxito.
Con satisfacción recuerda las largas jornadas de trabajo que tuvo que afrontar y que se prolongaban hasta entrada la madrugada. “Muchos lo veían como una locura, pero yo lo viví como la oportunidad de mi vida para aprender y demostrar todo lo que era capaz de hacer”, dice Marte.
Con disciplina y esfuerzo rápidamente ascendió hasta ser jefa de cocina, y con los años logró dos estrellas Michelin. “De mis padres aprendí que en la vida todo se logra a base de mucho trabajo. Hoy, orgullosamente puedo dar testimonio de que la honestidad y el trabajo son los más importantes valores que podemos fomentar en nuestros hijos”, comenta.
“Esta carrera me ha llenado de muchas satisfacciones, pero si tuviera que elegir un galardón sería la maternidad. Ser madre ha sido el trofeo más valioso que he tenido en mis manos. Mis hijos, cada uno en su momento, me ha cambiado la vida. Por ellos hice grandes sacrificios y en los momentos en los que pensé en la posibilidad de abandonar el camino, recordaba que por ellos había decidido luchar para sacarlos hacia delante. En mí la maternidad fue sinónimo de madurez”.
De niña soñadora a protagonista de su historia
María Marte literalmente se convirtió en la arquitecta de su destino. Venció todo pronóstico de falla y conquistó España con su mezcla de sabores, olores, y con los secretos de sus recetas.
Su vida parece un capítulo de un cuento de hadas, pero en verdad es la historia de una mujer perseverante y apasionada que, a base de sacrificios logró hacer realidad la meta que se formuló en su infancia.
“Lo que más he tenido que sacrificar ha sido el tiempo de mi familia. Por años me olvidé de vivir, pero ahora que soy dueña de mi tiempo he decidido que la prioridad de mi vida son mis tres hijos. Por eso están aquí conmigo y son parte importante de mi nuevo proyecto”, dice con una amplia sonrisa de satisfacción y orgullo, la misma que ha adornado miles de publicaciones alrededor del mundo haciendo referencia a su relato de superación.
Pero ella no oculta que detrás de sus logros también hay tristeza. “Mis padres fallecieron y no pude estar con ellos. Superarse también duele y deja cicatrices”.
Marte revalidó las dos estrellas Michelin del restaurante Club Allard, y ha obtenido también el premio ‘Dos Soles Repsol’, en la Guía Repsol, además del Premio Nacional de Cocina 2014 que entrega la Real Academia de la Gastronomía de España.