Gilberto Reyes “Malanga”
Cuando Gilberto estaba en sus comienzos y cursaba sus estudios secundarios en San Martín de Porres, era la época en que el capitaleño se desenvolvía en diferentes posiciones, entre ellas, la inicial, la antesala y hasta en los jardines. Y así lo vieron los veteranos Rafael Ávila y Elvio Jiménez, pero esos dos técnicos prefirieron probarlo como receptor. Entendemos que probablemente el aspecto del fuerte brazo que poseía el muchachote de Villa Consuelo, contribuyó a que fuera mudado a la posición número dos, donde demostró que podía llegar lejos.
Al poco tiempo de estar en las manos del buen amigo y experto en las lides del béisbol profesional, Rafael Ávila, éste le bautizó con el apodo de “MALANGA”, que en el idioma cubano quiere decir yautía. Ese tubérculo lo tenemos por acá y en Cuba también, es muy conocido en esta zona de las Antillas. Es parte de un tallo subterráneo o raíz, que se hace más grueso y acumula gran cantidad de substancias de reservas, como en la patata, la batata, etc. No sabemos porqué Ávila le puso ese mote, pero la verdad es que en aquellos años de los 80’, Gilberto era un tremendo prospecto. El capitaleño solo jugó de los Tigres del Licey, con ellos estuvo todo el tiempo en que fue pelotero. Su debut se produjo en la temporada 1981-1982, cuando él solo participó en 10 partidos, volvió en la campaña 1983-84 y en esa ocasión intervino en 46 encuentros.
Al mismo tiempo que Reyes jugaba con los Tigres, ya se encontraba militando en las Menores de Estados Unidos, en las sucursales de los Dodgers. Continuamos en la próxima entrega.