45 años en el periodismo deportivo
Cuando un día de septiembre de 1965 conocí a José Ravelo en las canchas de tenis del Club Deportivo Naco, lo menos que me podía imaginar es que ese sería un acontecimiento decisivo en mi vida. Ravelo no sólo me enseñó a jugar tenis, sino que desde muy joven me involucró en la dirigencia deportiva y allanó el camino para que siguiera la profesión de periodista. Desde un principio, Ravelo se dio cuenta mi de interés por los deportes, sobre todo por el béisbol. Es por eso que desde inicios de los 70, me llevaba con frecuencia al estadio Quisqueya para enseñarme los fundamentos del juego de pelota. Cuando consideró que estaba lo suficientemente preparado, me puso a trabajar como comentarista en su programa “Los Deportes al Día”, que producía en la emisora radio ABC. Es así como el 7 de mayo de 1973, teniendo yo 18 años de edad, se produce mi debut como cronista deportivo en ese espacio radial. En esos primeros años en el Club Naco, igualmente tuve el privilegio de conocer a otra persona que ha incidido notablemente en mi formación como periodista, Roosevelt Comarazamy, quien era mi primer entrenador de baloncesto y vecino. Roosevelt me llevó, también en 1973, al vespertino El Nacional, donde trabajaba, para que aprendiera los rudimentos del periodismo escrito. Bajo la tutela de Comarazamy y de Héctor J, Cruz, quien en ese entonces también integraba la sección deportiva del referido diario, comencé a escribir mis primeras notas. El oficio de periodista me ha brindado grandes satisfacciones, pues a lo largo de 45 años en los medios de comunicación, he tenido el honor de ser testigo de primera línea de un sinnúmero de eventos históricos y de hazañas excepcionales, vedados para la inmensa mayoría de la gente. El trabajo de cronista me ha dado la oportunidad de estar en contacto a las grandes luminarias del deporte, un privilegio que todo el mundo quisiera disfrutar. Transmitir por televisión en vivo para todo el país los dos meses finales de la batalla de cuadrangulares de Sammy Sosa y Mark McGwire, Series Mundiales y Juegos de Estrellas de Grandes Ligas, el Abierto de Tenis de Estados Unidos, entrevistar a figuras legendarias como Michael Jordan, Roger Federer, Muhammad Ali, John McEnroe, Rafael Nadal, Ernie Banks, David Robinson y Javier Sotomayor, entre muchos otros, no tiene precio. En estas 4 décadas y media he cubierto o transmitido Juegos Olímpicos, campeonatos de baloncesto mundiales, pre-mundiales y pre-olímpicos, los torneos de tenis de Wimbledon, Roland Garros y Flushing Meadows, la Copa Davis, Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, las 4 ediciones del Clásico Mundial de Béisbol, Series Mundiales y Juegos de Estrellas de Grandes Ligas y muchos otros eventos nacionales e internacionales.
He sido jefe de prensa de numerosos torneos aquí y en el extranjero, director de comunicaciones de Estrellas Orientales, Leones del Escogido y Toros del Este, de la Selección Nacional de Baloncesto y del equipo dominicano en las dos primeras ediciones del Clásico Mundial de Béisbol, director de los centros de prensa de los Juegos Panamericanos Santo Domingo 2013, editor deportivo de El Caribe y del semanario Aficionados, comentarista de transmisiones del béisbol dominicano y de las Grandes Ligas, de Juegos Olímpicos, de baloncesto y tenis. ¿A qué más puedo aspirar? Pero nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo de mis padres, quienes siempre han estado a mi lado, en las buenas y en las malas. Ellos me enseñaron a ser una persona de bien, honrada y respetuosa de los demás. Ha sido decisivo también el respaldo de mis hermanos, siempre incondicionales y solidarios. Asimismo debo referirme a esas personas que me guiaron en mis primeros años en esta apasionante profesión, quienes se esforzaron en enseñarme o me dieron la oportunidad de trabajar en lo que me gusta. Arriesgándome a que se me queden algunos nombres debo mencionar en este grupo a José y Fernandito Ravelo, Roosevelt Comarazamy, Héctor J. Cruz, Luis Ramón Cordero, Juan Nova Ramírez, Germán Emilio Ornes, Mario Álvarez Dugan (Cuchito), Cuqui Córdova, Johnny Naranjo, Max Reynoso, Quique Acevedo, Félix Mario Aguiar, Danilo Domínguez, Manuel (Tete) y Eddie Antún, Odalís Santiago, Daniel Aquino, Felipe Payano, Luis Manuel y José Miguel Bonetti y Federico Lalane José. Como no agradecer a la legión de amigos y colegas que he cosechado en todos estos años, a esos no los voy a nombrar porque son demasiados, pero han sido clave en mi carrera. Y por supuesto, no puedo olvidarme de mi esposa Nieves, quien ha sido mi complemento y la mejor compañera que la vida me pudo regalar. Sin ella no hubiera sido posible llegar a hasta aquí. Muchos menos puedo dejar de mencionar a Mario Antonio, mi querido hijo, mi principal motivo para seguir viviendo y para seguir luchando. A todos, gracias del alma.