ROSA F. DE ALBERT
UNA MADRE QUE COCINA POR AMOR A LA GASTRONOMÍA.
Para Rosa Fiorinelli de Albert, chef de nacionalidad italiana, el sueño de toda su vida fue publicar un libro de recetas. Cumplidos sus 80 años de edad logra materializarlo con la obra “Cocina saludable”, un compendio de 250 recetas creadas junto a la nutricionista Clara Cabrera, durante su labor en la empresa Nestlé Dominicana, en la cual laboró por una década como jefa del departamento de Economía Doméstica.
“Tener en mis manos este libro fue un momento de gloria. La gastronomía fue mi gran pasión desde muy joven, para mí cocinar es más que un oficio cotidiano, es la gran oportunidad de combinar mi talento con el amor para el disfrute de mi familia”, expresa Fiorinelli con sentida emoción.
Madre de tres hijos: Milciades, Virgilio y Rafael, y abuela de diez nietos. Para ella la maternidad es un privilegio que implica responsabilidad, entrega, sabiduría y amor. “De niños me preocuba por cada detalle. Disfruté llenarlos de amor y cuidados, me interesé en que recibieran una educación de calidad, por acompañarlos y guiarlos, pero mi gran tarea fue fomentar en ellos la unidad, porque creo fielmente en que la familia es el núcleo más importante de la sociedad y de los valores que se fomenten en la niñez va a depender el éxito personal y profesional de cada individuo”.
A pesar de su edad biológica no ha mermado su interés por la cocina. Recién cumplidos sus 90 años, Rosa Fiorinelli ha alcanzado una nueva meta: la publicación de su segundo libro, “La cocina de Rossette”.
“Esta obra es un legado de mi experiencia, contiene 563 fórmulas fáciles y exquisitas para que los amantes de la cocina que no disponen de mucho tiempo siempre tengan a mano una propuesta diferente para halagar a quienes aman”, comenta entre sonrisas y con la satisfacción del deber cumplido.
Sin tiempo que perder, Fiorinelli ya inició la creación de su tercer libro en el cual lleva 26 recetas y se propone publicar próximamente.
De jovial temperamento, conversadora, amena y amable, nuestra protagonista dice que ha vivido a plenitud cada uno de sus días porque siempre ha hecho las cosas que la hacen feliz. “Hace muchos años aprendí que en la vida debemos apasionarnos con dos cosas: el trabajo que vas a realizar para ganarte el sustento y la mujer o el hombre que eliges para que te acompañe en la vida”.
Como mujer y como madre, sus hijos ocuparon siempre el primer lugar en su vida. Para ella la maternidad también es una receta. “Para ser madre tienes que aprender a agregarle una pizca de amor a cada día. Los hijos son diferentes en esencia, por lo que cada uno necesitará sus propios ingredientes para crecer y desarrollarse. Unos más motivación en la escuela, otros más atención, pero al final el ingrediente común y que no les debe faltar es el amor. Ser madre es una de las tareas más hermosas de la vida. Cada nacimiento encierra en sí mismo una magia indescriptible”, comenta.
“Mientras mis hijos hacen su vida yo disfruto creando recetas, cocinar es mi mejor terapia, prefiero invertir el tiempo en la cocina que sentarme en una mecedora, el tiempo no se debe desaprovechar. En la cocina siempre hay algo que hacer y si no, pues se inventa”, concluye con jocosidad.