Virgen de Fátima y domingo de la ascensión
Hoy domingo 13 de mayo, coinciden la Fiesta de la Virgen de Fátima y el domingo de la Ascensión del Señor. Todavía suenan en mis oídos el canto que cantábamos desde niñas: “El 13 de mayo en Cova de Iría, bajó de los cielos la Virgen María, Ave, Ave, Ave María, Ave, Ave, Ave, María”. Y cuando visité en Portugal su basílica, y la capillita de al lado, el silencio que se sentía a pesar de los tantos visitantes, era increíble. Fue para mí una experiencia maravillosa. El año pasado celebramos los 100 años de la Primera aparición de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. En el 2016, el Papa Francisco visitó por primera vez Portugal y por tanto Fátima, y expresó que no fue una simple visita apostólica, sino un “peregrinaje” apostólico y utilizó el lema: “Con María, peregrina en la esperanza y en la paz”. Canonizó a dos de los pastorcitos a los que se le apareció la virgen, Jacinta y Francisco Martos, y saludó al sacerdote más anciano de Portugal, de 104 años. El milagro que permitió la canonización de estos dos pastorcitos fue la curación de un niño brasileño.
Nuestra Señora del Rosario de Fátima es nuestra madre y en este mes de mayo, mes de las madres, qué mejor regalo que este. Conseguir gracias santificantes con el rezo diario del santo rosario, con la confesión y la comunión.
Hoy también celebramos el Domingo de la Ascensión. Y el salmo nos dice: “El Señor Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas”. Después de la resurrección del Señor, los apóstoles esperaban la venida “triunfalista” del reino de Israel. Sin embargo, Jesús les habla de una misión en Jerusalén: “No se alejen de Jerusalén: Aguarden que se cumpla la promesa de mi padre, de la que yo les he hablado. Juan bautizó con agua; dentro de pocos días, ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo” (Hechos 1, 4-5). Ellos recibirían esa fuerza para que fueran sus testigos en todos los confines del mundo. Entonces los apóstoles “lo vieron levantarse hasta que una nube se los quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndose irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: “Galileos, ¿Qué hacen ahí plantados mirando al cielo? (Hechos 1, 10) ¿Qué estamos haciendo los cristianos católicos hoy? ¿Seguimos mirando al cielo, o estamos cumpliendo con el mandato del Señor de ir a evangelizar a toda criatura?
El Señor nos ayude a cumplir con nuestro deber de cristiano aquí y ahora. ¡Amén!