UN MOMENTO Las dos caras de la moneda

Es un método muy bueno cuando se están analizando los problemas. Cuántas veces acontece que al tocar un tema hay dos caras, por lo menos dos caras del tema; hay unos que ven una cara y hablan de ella, y hay otros que ven otra cara y hablan de ella también.

En el tema de los haitianos, que es una realidad que nosotros estamos viviendo de cerca, hay que mirar dos caras en muchas situaciones. Una cara es este país, al que hay que defender y defender con Duarte, cuando decía: “No es posible la fusión entre Haití y la República Dominicana”, esa es una cara de la moneda. En nombre de esa cara hemos de aprender también la otra cara que nos presenta el mismo Duarte, cuando él dice: “Yo admiro Haití”.

Es muy hermosa la posición de Duarte, aunque no debe haber fusión, como afirma él mismo, tampoco significa que hay que odiar, son dos pueblos hermanos.

Cuando se acentúa mucho la parte de la defensa de sus derechos, de que hay que apoyarlos, hay algunos que pueden pensar que se está buscando la fusión, y no es así. La Iglesia no afirma -que quede claro-, la Iglesia no quiere la fusión de ninguna manera. Duarte era católico, y nos dio ejemplos en eso, pero cuando la Iglesia sale en defensa, en su Pastoral Haitiana, de ayudar a los haitianos, no significa eso que está buscando otra cosa, sino ayudarlos, las dos cosas, y es ahí donde hay que dar solución a los problemas, con leyes.

Los haitianos hablan de sus derechos humanos, que hay que defender, pero hay que hablar de los deberes de los haitianos también en el país, son dos caras; los derechos piden deberes y aquí se les quiere ofrecer trabajo, ellos tienen que cumplir con las leyes, con sus deberes, tienen que pagar impuestos, una cosa no quita la otra.

Por eso, veamos nosotros esas dos realidades; el que ama sabe guardar las dos caras de la moneda. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.