‘Marketing del outsourcing’: el riesgo de perder conexión
Cuando nos referimos al ‘outsourcing’, se trata de poner en manos de una empresa externa, no de sus equipos internos, el montaje, negociaciones, la responsabilidad de la presencia de su marca en un determinado evento, manejo de ‘call centers’, la gestión de la unidad de servicios al cliente, la creatividad de estrategias promocionales y publicitarias, entre otras funciones.
En ocasiones, se hace para reducir gastos y buscar agilidad en la capacidad de accionar de las organizaciones.
También, en el caso de pequeñas empresas, buscando el acceso a equipos con experiencia, que para construirlos internamente, requiere mucho tiempo y recursos. Algunas ventajas que se les pueden atribuir son: -Acceso a expertos incorporados al equipo interno.
-Reducción de costos.
-Menos burocracia y más acción.
-Ganar objetividad, incorporando por la mirada que dan a los desafíos por gente que viene de fuera.
-Perspectivas y soluciones frescas.
Sin embargo, poner en manos de terceros su marca y su reputación, también pudiera traer consigo, algunos riesgos. Por ejemplo: -Afectar y arruinar la reputación de la empresa marca.
-Control y accesibilidad sobre los ejecutivos que dirigen esas empresas externas.
-Los externos pudieran cuidar menos su marca.
Además: -Mayores gastos
Acceder a determinados equipos expertos, para gestionar para usted determinadas estrategias, pudiera venir acompañado de unos extras cargos. Por esto es recomendable validar el costo real de lo que recibirá y los resultados que le entregarán.
-Menos control
Existe el riesgo de que al contratar un equipo externo esté abriendo la puerta a una pérdida de control sobre sus iniciativas, su creatividad, sobre los detalles de su toque particular.
-Pérdida de pasión
Esta es la más delicada, pues refleja un poco de todo lo anterior. Con el agravante de que incluye la parte de ejecución y la parte de la emoción que genera la conexión.
Si va a delegar la gestión o la implementación de una iniciativa, debe ser para eficientizar, para mejorar. No para soltar, improvisar y desconectar a la empresa de sus clientes.
No es hacerlo por moda o por reducir gastos simplemente. Subcontratar tiene un alto componente estratégico y una gran responsabilidad sobre qué cosas tercerizar y a quién entregárselo. Lamentablemente, cada vez más nos encontramos en el mercado, con empresas entregando sus marcas a terceros para ejecutar iniciativas, sin darles seguimiento y donde se evidencia una falta de pasión con éstas. Sin observar la mala percepción que dejan estos suplidores en sus clientes. Para tercerizar hay que hacer la correcta inducción, evangelización y supervisión, para que las cosas salgan como el ‘’dueño’’ quiere. Con sus estándares y consistencia. Esa responsabilidad no puede ser delegada por la empresa.
La empresa delega, pero acompaña y valida. Hay que depurar a los ejecutivos y colaboradores de las empresas contratadas, garantizando que coincidan en los valores y acciones que rigen su organización.
Nunca pierda la conexión con sus clientes o propietarios de los eventos. Supervise, pregunte, asigne un responsable dentro de su empresa que no ‘’suelte en banda’’ sus iniciativas.