WANDA RIJO Y BEATRIZ PIRÓN LOGRAN SUS MEJORES MEDALLAS COMO MADRES
LAS MEJORES MEDALLAS DE WANDA RIJO Y BEATRIZ PIRÓN
Wanda Rijo hizo historia en la plataforma. Beatriz Pirón tiene ya varios años construyendo la suya y todo apunta a que también será inmortal.
Ambas tienen en común que son petromacorisanas, la fascinación por las pesas y por el “domplin”, así como la gallardía con que han vestido el uniforme nacional.
Las dos han hecho sonar el himno nacional varias veces tanto en el país como en el extranjero.
Una y otra también se esmeran en colgarse como madres las preseas doradas que tantas veces han lucido como atletas.
Luego de su retiro, Wanda contrajo nupcias en el 2010 con Argelis Rodríguez, con quien ha procreado a Sara Nicole, Ana Isabella y Débora Ester, de nueve, seis y cinco años de edad.
“Sin lugar a dudas mis tres hijas son mis mejores medallas. Son de diamante, diría yo y son las que más luzco con honor y orgullo”, resalta la campeona de los Juegos Panamericanos de Winnipeg (1999), Santo Domingo 2003, y en muchos otros eventos regionales y locales.
“El ser madre te cambia la vida y es la mejor escuela para aprender de todo. Para amar, para reír, para llorar, para corregir, para disciplinar”, manifiesta. “Ha sido una experiencia maravillosa e inolvidable”, agregó.
“Ser madre es un cambio total de vida, de gustos, de deseos, de prioridades. Ese rol debe ser una prioridad para cada mujer que Dios le da el privilegio de traer al mundo un bebé”, subraya Wanda, quien se retiró en el 2007 y entregó su vida al Señor, la que considera su otra gran medalla.
Pirón, en tanto, está casada con el también levantador de halterofilia, Juan Jesús. De esa unión nacieron Yamilka Elízabeth, de siete años, y Berlin Elián, de cuatro.
“Ellos son mi todo. Mi fortaleza y mi debilidad también”, resalta la joven pesista de 23 años, quien acaba de ganar ante su gente dos preseas doradas y una de bronce en la categoría 53 kilogramos, en el recién concluido IX Campeonato Panamericano de Levantamiento de Pesas.
“Mis hijos llegaron a mi vida para transformarla completamente. Antes de eso era una mujer poco centrada”, admite la monarca en los 48 kilos en los Juegos Centroamericanos de Veracruz (2014).
Declara que anteriormente no estaba debidamente enfocada y “hacía las cosas por hacerlas”, pero que eso cambió desde que en el 2015 asumió el rol de madre.
“Ellos son una gran bendición para mi vida y son la causa principal para que hoy día sea lo que soy”, enfatiza. “Por ellos vivo, por ellos lucho”, añadió.