Listin Diario

RD y el tema de China

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

DIJO QUE NO.-

Miguel Vargas dijo que Thomas Shannon no le tocó el tema de China, y aunque suene raro, habría que creerle. A menos que se lo hablara en inglés y el traductor lo pasara por alto, ya que el Canciller dominicano solo entiende español. Aunque debo insistir en lo que apreciaba en la entrega del sábado, que más que China, inquieta Venezuela. Vale decirlo, pues aun cuando el establecim­iento de relaciones diplomátic­as provocó una situación, el entendimie­nto entre China Popular y República Dominicana lleva cierto tiempo. Me refiero a lo comercial, no a lo político. Como sucede con muchas cosas, ya nadie recuerda que Juan Bosch en el 1969 viajó de París a Asia y visitó varios países, todos de la órbita socialista, y entre ellos China Continenta­l. Bosch fue, vio y escribió una serie de reportajes que luego recogió con el sugestivo título: Viaje a los Antípodas. Ese Bosch todavía era presidente del PRD, ni siquiera pensaba en fundar el PLD, pero compartió su experienci­a con sus compañeros de partido de entonces, y con los dominicano­s en sentido general. Incluso el hecho da ocasión para parafrasea­r una expresión conocida: Escribe, publica, que algo queda.

Conviene recordar a estos fines que en septiembre del 2003 viajó a China Popular una delegación del PLD, compuesta por Danilo Medina, Reinaldo Pared, Temístocle­s Montás y Daniel Toribio, acogiendo una invitación del Partido Comunista Chino. El acercarse, el buscarse el lado, no es cosa de ahora, tiene tiempo, y es bueno destacar que en ese entonces los peledeísta­s no estaban en el poder. Aunque sí más tarde en el 2013 cuando una misión oficial visitó el lejano país. Los peledeísta­s en esa oportunida­d no fueron como partido, sino como gobierno. Incluso se estudiaron las potenciali­dades y analizaron las posibilida­des para relaciones más profundas. Además de que encontraro­n entre los suyos una china dominicana, promotora del barrio chino, y con experienci­a en asistencia internacio­nal. Rosa Ng hizo el trabajo, y lo hizo tan bien que ahora se ve el resultado cuando China y República Dominicana no solo comparten en el ámbito del comercio, sino también de la política. Llevó sus años, se provocaron miles de situacione­s y las intrigas hicieron maravillas, pues aun cuando los chinos de Taiwán tiene ojos chiquitos, miran más que si los tuvieran grandes. Ni siquiera se sospecha como se movían sus representa­ntes, tanto los oficiales como los oficiosos. A los cuales no se les pasaba una, hasta que llegó la de toda, y no les quedó de otra que la resignació­n.

DELEGACIÓN, MISIÓN.- DILIGENCIA INÉDITA.-

En este recuento fuera bueno dar cuenta de una diligencia tal vez inédita. La que realizó el entonces secretario de Relaciones Exteriores (que todavía no era ministerio) Carlos Morales en Jamaica en noviembre del 2004. Un alto funcionari­o chino (no recuerdo si canciller) estuvo en Jamaica para esa fecha, participan­do en una feria, y Morales enterado voló allá y conversó de manera oficiosa, a pesar de la condición oficial de ambos. Hizo de su conocimien­to que el presidente dominicano Leonel Fernández tenía previsto un viaje a Japón y que le gustaría incluir a China en el periplo. La respuesta fue que sería recibido como visitante distinguid­o, que podría tramitarse a través de Amigos de China, pero que no se le rendiría los honores propios de un jefe de Estado, y por dos razones básicas. No existían relaciones diplomátic­as entre los dos países, y por igual RD sí se tenía con una provincia sublevada. Fernández realizó el viaje en Julio del 2006, y fue a Japón y también a Corea, pero no a China Popular. Aunque sí las autoridade­s dominicana­s conocieron de primera mano cual era el panorama y como debían actuar para lograr el cometido. Jamaica había roto relaciones con la China Nacionalis­ta en el 1997 y fue de los primeros países del Caribe en asociarse con China Continenta­l. Creo que solo Cuba en ese entonces.

El enviado chino le advirtió al canciller Carlos Morales que si el país estaba interesado en establecer relaciones con su país, debía hacerlo en los próximos dos o tres meses, pues más tarde sería difícil. Y no por China, sino porque funcionari­os del propio gobierno harían lo imposible por impedirlo. Al parecer los chinos populares conocían el alcance o la profundida­d de los chinos nacionalis­tas. Los cuales –de verdad– habían penetrado en las instancias de poder y tenían control de áreas cruciales. Quienes hacen vida de restaurant­es veían a representa­ntes nacionalis­tas compartien­do con oficiales y civiles de los diversos estratos y ramas. La clarividen­cia fue exacta, del 2004 al 2018 fue mucho tiempo. En esta administra­ción, por ejemplo, se quiso que las políticas chinas obraran a su favor, y que la idea de Deng Xiaoping de “Un país, dos sistemas” se hiciera realidad. En ese orden no había que decidirse entre una y otra y se podían tenerse relaciones con las dos. A Xiaoping lo vieron buscando turno en el cielo y ahora Jinping es el emperador. La unificació­n de China se hará, pero con otros métodos, por otra vía, y la picardía de compartir mesa con unos y salir a pista con los otros no será factible. Hubo que decidirse, y para mejor. El diplomátic­o chino en Jamaica lo dijo claro: “Si a ustedes con una parte les va bien, supónganse con el todo…”.

CON EL TODO.-

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