NEGRITO DEL BATEY Y EL MERENGUE
LA ÉPOCA QUE JOSEÍTO MATEO COMENZABA A DESCOLLAR EN EL MERENGUE COINCIDIÓ CON EL IMPULSO QUE TRUJILLO LE DIO AL RITMO
En la época en que Joseíto Mateo comenzó a descollar como cantante coincidió con el impulso dado al merengue por el dictador de entonces Rafael Leonidas Trujillo (gobernó de 1930 a 1961). Su popularidad fue a la par con la del género tropical que hizo “un frente patriótico” a la guaracha, al son, a la ranchera, paso doble y al bolero de gran pegada en la mitad del siglo XX.
“Después que llegó el gobierno de Trujillo, entonces empezó el merengue a coger otro estilo, porque él lo llevó a la sociedad, ya que el merengue no entraba en esta. Era menospreciado; le decían música rastrera y de guardia, pero llegó Trujillo a llevarlo a la sociedad, y a bailarlo como un militar, y la gente empezó a imitarlo a él, como era el jefe...”, recordaba Mateo en una de sus entrevistas sobre sus inicios.
Como fue un protegido del régimen trujillista, Mateo cargó con esa culpa involuntaria en su vida y le trajo muchas situaciones hasta peligrosas durante y después de la caída de la dictadura.
Incluso, en un momento fue designado segundo teniente de la Aviación Dominicana en un viaje a Los Ángeles, en el Yate Angelita, el segundo más lujoso del mundo.
“Eso me sacó del arte, me limitó todo. Fui militar sin ser militar, siempre estuve como artista y me comporté como artista”, dijo en entrevista con Listín Diario en 2010. En 1955 realizó su primer viaje a Cuba, donde llegó a cantar junto a Celia Cruz, voz de La Sonora Matancera.
En La Habana se encontró con su compatriota Alberto Beltrán, quien era cantante de esa agrupación cubana, con la que había grabado el tema “El negrito del batey”, escrito por Medardo Guzmán para Mateo, pero que terminó en la voz de Beltrán.
No obstante, la relación entre ellos fue buena y Beltrán lo introdujo en el ambiente cubano y propició su entrada a La Sonora Matancera.
Sin embargo, el aspecto político se interpuso. Varios exiliados dominicanos le pidieron a Joseíto que se sumara a la causa contra el régimen trujillista, a lo que él se negó.
Su posición motivó que los compatriotas en Cuba comenzaran una campaña en su contra, tildándolo de “calié” (espía) de Trujillo, viéndose obligado a salir de Cuba.
En los medios cubanos, aseguró Joseíto, salió la noticia de que “yo era uno de los negtritos de Trujillo y que había ido a Cuba a chivatearlos”, por lo que se fue y su entrada a La Matancera se truncó.
“Yo no me iba a rebelar contra el régimen para que después mi familia sufriera las consecuencias. Así que mejor me marché de Cuba. Además, la familia Trujillo me trataba bien”, contó a Fausto Polanco para su libro “Merengueros”.
A Santo Domingo regresó a trabajar en La Voz Dominicana y tras la caída de Trujillo se mantuvo saliendo y entrando al país. Durante muchos años vivió en Nueva York.
Además de la música, en 1990 cuando su gran amigo Rafael Corporán de los Santos fue alcalde de Santo Domingo, él fue regidor, cargo en el que se reeligió hasta 1998.