Tratamiento moderno de la fibrilación atrial
La fibrilación atrial es una alteración del ritmo que imprime al corazón irregularidad y rápidez. Es la arritmia cardíaca más común y que mayor número de hospitalizaciones conlleva. Va asociada con un aumento en la mortalidad y en los accidentes cerebrovasculares incapacitantes y fatales. Esto último por la formación de coágulos al interior de la aurícula izquierda, cavidad que le da albergue. Tratar de mantener el ritmo normal del corazón es una meta prioritaria. Podemos lograrlo por medio de descargas eléctricas que restauran el ritmo sinusal y drogas antiarrítmicas para mantenerlo o por la creación de líneas de cicatrización en la aurícula que eliminan el foco desencadénate y limitan el área que necesita la misma para sostenerse. Este tratamiento conocido como ablación por radiofrecuencia, disponible desde hace más de 10 años en nuestro país se lleva a cabo con una tasa de éxito similar al de países desarrollados y pocas complicaciones. Se realiza mediante navegadores que dibujan un mapa de la activación eléctrica de la aurícula y sobre la cual se superpone digitalmente la imagen anatómica de la misma facilitando la visualización y creación de tales líneas. El abordaje se hace vía punción en las venas de la ingle, anestesia general y dura dos horas su realización y luego de 24 horas en cama es dado de alta. Se mantiene en drogas antiarrítmicas y anticoagulantes por 3 meses tras lo cual se suspende la primera e inicia una fase de vigilancia. En buenos centros con experiencia la tasa de éxito a 2 años ronda el 65%. El más reciente y grande estudio, bajo el acrónimo de Cabana Trial, comparó la terapia de ablación con las drogas antiarrítmicas y muestra que la ablación es segura y efectiva y en algunos casos superiores. No todos los pacientes son candidatos a este tipo de terapia y los buenos resultados son más factibles en las formas intermitentes de la arritmia. Dr. Frank Valdez Báez Director Departamento de Electrofisiología Asociación Instituto Dominicano de Cardiología