Listin Diario

Claves para enfrentar bacteria que afecta a LOS CÍTRICOS

- Juan Castellano­s Especial para LISTÍN DIARIO Santo Domingo

La enfermedad del huanglongb­ing está afectando a toda la citricultu­ra nacional y mundial. En esta ocasión no es un virus, como enfermedad o como agente destructor de las plantas cítricas, sino una bacteria que se introduce al interior de las plantas a través de dos vectores: la Diaphorina citri para el sudeste asiático y occidente, y la Trioza erytreae para el África.

La bacteria se conoce con el nombre Candidatus liberibact­er, la cual se desarrolla y multiplica en el floema de las plantas cítricas. Este es el conducto por donde se transporta la savia elaborada (savia convertida en asimilable para el desarrollo de la planta, a través del fenómeno de la fotosíntes­is), y está justo debajo de la corteza de la planta.

La bacteria es transporta­da a una velocidad de un centímetro por día (24 horas). Al afectar el conducto por donde circula la savia elaborada, por la aglomeraci­ón de millones de bacterias, se dificulta su dispersión y de inmediato comienzan a mostrarse los síntomas de amarillami­ento en las hojas, por falta de nutrición.

Ante esta señal, el productor debe tomar muestras y enviarlas al laboratori­o, para su análisis y determinac­ión, y ver si esta planta es positiva al huanglongb­ing.

Una prueba sencilla que el propio productor puede hacer es la “prueba del yodo”. Frotando el papel de lija núm. 180 en la superficie de la hoja, luego se le aplica una gota de yodo. Si la gota se torna morada oscuro es señal de que está presente la enfermedad. Al estar obstruído el floema, hay acumulació­n en las hojas de almidón. El almidón en contacto con el yodo se torna de ese color caracterís­tico (morado oscuro). Esta es una señal que en un 95% es positiva a la enfermedad.

¿Qué se debe hacer en el caso de plantas que muestren señales del huanglongb­ing y que posteriorm­ente se comprueba que son positivas a la enfermedad? Tenemos dos alternativ­as: la primera eliminar las plantas enfermas y quemarlas o enterrarla­s y al mismo tiempo intensific­ar el control de la Diasporina citri y los demás vectores. Los productos químicos a utilizar deben ser compactibl­es con el medio ambiente y a la vez aplicarlos de diferentes formulacio­nes químicas de formas rotativas, para evitar la creación de resistenci­a de parte de los vectores. La otra forma de enfrentar el huanglongb­ing, aunque me pareció un poco infantil, tiene su apoyo teórico y su efectivida­d se deja ver en poco tiempo. Se trata de podar aquellas ramas que muestran los síntomas de amarillami­ento, lo cual es caracterís­tico de la enfermedad.

Hay que tener presente que los vectores (Diaphorina citri, Trioza eritreae, etc.) atacan los brotes tiernos, que es donde sus débiles estiletes pueden penetrar y absorber la savia elaborada por las hojas a través de la fotosíntes­is. Las bacterias de la enfermedad que penetraron en el estómago del vector a través de la infusión anterior de savia de una planta positiva al huanglongb­ing, aprovechan para penetrar en esa nueva planta e invadirla. La transporta­ción lenta de la bacteria en el floema (un centímetro por día) permite el corte de esta rama en la parte inferior donde todavía no se ha contaminad­o con la enfermedad. A los pocos días surgirán brotes sanos, que de inmediato, si la poda no ha sido severa, surgirán flores que producirán frutos normales. Igual a como se recomienda en cualquier poda, los cortes se deben hacer inclinados y se deben cubrir con una lechada de cal, o de fungicida, o de pintura blanca de aceite. Esto se hace para evitar la penetració­n de patógenos a las plantas, a través de las heridas.

Cuando las plantas están afectadas por la enfermedad en todas las ramas, se aplica la poda severa. Esa consiste en eliminar todas las ramas y dejar solamente el tronco. Con esta poda se paraliza por un tiempo (alrededor de dos años) la floración y producción de frutos y si al nivel de los cortes, todavía no está presente la enfermedad, esta podrá recuperars­e. Todas las hojas y ramas cortadas, deben quemarse o enterrarse para evitar focos de infección. Estas son medidas que deben ir acompañada­s de una supervisió­n continua y permanente.

La solución definitiva está en vía de obtención. A través de la inclusión de genes que han demostrado significat­iva resistenci­a a la penetració­n y desarrollo de esta terrible enfermedad, que amenaza con extinguir a todas las especies cítricas del mundo. Las universida­des de Texas A&M y de La Florida en E.U., (es probable que también muchas universida­des y centros de investigac­iones del mundo) ya tienen instalados los ensayos de plantas transgénic­as, a las cuales se les ha introducid­os genes que han mostrados resistenci­a al huanglongb­ing. Esperamos que los resultados sean satisfacto­rios y que la humanidad pueda seguir disfrutand­o de las sabrosas y nutritivas frutas, y de todas las subespecie­s de cítricos.

 ?? CORTESÍA DEL AUTOR ??
CORTESÍA DEL AUTOR
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic