TODO UN FIN DE SEMANA
El reloj marcó las 4:00 de la tarde. La fecha esperada había llegado y todo estaba listo para iniciar esta gran aventura de cuatro días. La ropa estaba doblada y empacada debidamente en la mochila, los zapatos ilustrados y todos los materiales a utilizar listos. Risas, correteos, caras nuevas, distribución de las casas de campañas, diferentes decoraciones y delimitación de las áreas comunes, es el ambiente que encuentran los pequeños desde que llegan al campamento para niños, adolescentes y jóvenes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Najayo, San Cristóbal. La primera noche es para el registro y alojamiento de los acampantes. Desde que la alarma suena a las 6:00 de la mañana, todos están de pie para el aseo personal y después el desayuno. Como se encuentran distribuidos por grupos, dependiendo el sector donde esté ubicada la iglesia a la que asisten, su club local tiene dos horas para realizar con ellos la parte espiritual antes de que inicien las actividades recreativas.
Por tratarse de un campamento cristiano, los devocionales siempren son primordiales, así lo manifestó Mabel
Severino, quien es parte del equipo organizador del campamento. “Para nosotros es fundamental inculcar en los niños buenos valores y el temor de Dios, por tal razón entendemos que antes de pasar a la parte divertida y extensa, es bueno dedicar unos minutos para el encuentro espiritual”, expresa. Luego de esto, comienza la diversión. La mañana se utiliza para las actividades didácticas. Previamente, se les asigna un tema de estudio, y al estar allá deben responder preguntas, llenar sopas de letras, armar rompecabezas, entre otras asignaciones que les indiquen. Al mediodía es la hora del almuerzo y el descanso. A las dos la música recuerda a todos los acampantes que continúa la diversión. Juegos en la piscina, con globos, stand de pinturas, espacio para cantar, careo entre los niños, son algunas de las actividades que desarrollan hasta llegada la hora del baño y la cena.