LA VULNERABILIDAD DEL CEREBRO
Aunque estos eventos son más frecuentes en personas pasadas de 50 años, nadie está exento de presentarlo en algún momento de su vida.
Así como se tapa una arteria del corazón, puede ocurrir lo mismo con el cerebro. Cuando se trata del corazón, estos eventos se manifiestan con falta de aire y sensación de desmayo, mientras que cuando están ligados al cerebro los síntomas dependerán de la parte afectada y generalmente impactan el lenguaje y la movilidad de manos y piernas.
Si bien es cierto que cuando se presenta un infarto cerebral no hay nada que pueda hacerse en casa, hay algunas evaluaciones para determinar si en efecto la persona ha sido víctima de un infarto cerebral, como preguntarle el nombre, fecha o lugar donde se encuentra en el momento.
“De tener dificultad para hablar o simplemente no poder responder las preguntas, corra al centro de salud más cercano, ya que solo se dispone de aproximadamente tres horas para que el personal capacitado actúe, puesto que cuando se tapa una arteria, al no llegar flujo sanguíneo a las neuronas, estas empiezan a morir o perder la vitalidad, lo cual es algo progresivo; entre más tiempo se tapa la arteria, más grande es el infarto”, resalta el neurólogo Miguel Barboza.
Aunque estos eventos son más frecuentes en personas pasadas de los 50 años y entre más edad, la probabilidad se hace mayor, nadie está exento de presentarlo en algún momento de su vida.
Aunque esta enfermedad está ligada a presión, colesterol alto y diabetes, aún con el control estricto de estos y otros factores, una persona en cualquier edad, con condiciones genéticas puede tener desde un 10 a un 15% de probabilidades de padecerla.
Para evitar las posibilidades se recomienda tener un estilo de vida saludable. Hábitos como hacer ejercicio y reducir el fumado son algunos elementos que, aunque no erradican por completo la posibilidad, la disminuyen significativamente.
De acuerdo con el doctor, solo la actividad física disminuye en un 30% el riesgo de presentar un evento cerebrovascular. “Cuando se habla de actividad física, no necesariamente debe acudirse a un gimnasio o hacer una rutina de ejercicios diaria. Basta con algo tan sencillo como salir a caminar. Eso puede depender de la condición de cada persona”.
Si bien la dieta depende del ingreso económico de cada persona, no es necesario disponer de mucho dinero para poder tomar medidas saludables. Con tan solo consumir alimentos bajos en sal y menos carbohidratos, se previene la posible aparición de un evento cerebrovascular.
En cuanto a los fumadores, hay estrategias que pueden ayudar, como sustituir el fumado por cosas que disminuyan la ansiedad.