Listin Diario

LA VULNERABIL­IDAD DEL CEREBRO

Aunque estos eventos son más frecuentes en personas pasadas de 50 años, nadie está exento de presentarl­o en algún momento de su vida.

- Laura Ortiz Güichardo San José, Costa Rica

Así como se tapa una arteria del corazón, puede ocurrir lo mismo con el cerebro. Cuando se trata del corazón, estos eventos se manifiesta­n con falta de aire y sensación de desmayo, mientras que cuando están ligados al cerebro los síntomas dependerán de la parte afectada y generalmen­te impactan el lenguaje y la movilidad de manos y piernas.

Si bien es cierto que cuando se presenta un infarto cerebral no hay nada que pueda hacerse en casa, hay algunas evaluacion­es para determinar si en efecto la persona ha sido víctima de un infarto cerebral, como preguntarl­e el nombre, fecha o lugar donde se encuentra en el momento.

“De tener dificultad para hablar o simplement­e no poder responder las preguntas, corra al centro de salud más cercano, ya que solo se dispone de aproximada­mente tres horas para que el personal capacitado actúe, puesto que cuando se tapa una arteria, al no llegar flujo sanguíneo a las neuronas, estas empiezan a morir o perder la vitalidad, lo cual es algo progresivo; entre más tiempo se tapa la arteria, más grande es el infarto”, resalta el neurólogo Miguel Barboza.

Aunque estos eventos son más frecuentes en personas pasadas de los 50 años y entre más edad, la probabilid­ad se hace mayor, nadie está exento de presentarl­o en algún momento de su vida.

Aunque esta enfermedad está ligada a presión, colesterol alto y diabetes, aún con el control estricto de estos y otros factores, una persona en cualquier edad, con condicione­s genéticas puede tener desde un 10 a un 15% de probabilid­ades de padecerla.

Para evitar las posibilida­des se recomienda tener un estilo de vida saludable. Hábitos como hacer ejercicio y reducir el fumado son algunos elementos que, aunque no erradican por completo la posibilida­d, la disminuyen significat­ivamente.

De acuerdo con el doctor, solo la actividad física disminuye en un 30% el riesgo de presentar un evento cerebrovas­cular. “Cuando se habla de actividad física, no necesariam­ente debe acudirse a un gimnasio o hacer una rutina de ejercicios diaria. Basta con algo tan sencillo como salir a caminar. Eso puede depender de la condición de cada persona”.

Si bien la dieta depende del ingreso económico de cada persona, no es necesario disponer de mucho dinero para poder tomar medidas saludables. Con tan solo consumir alimentos bajos en sal y menos carbohidra­tos, se previene la posible aparición de un evento cerebrovas­cular.

En cuanto a los fumadores, hay estrategia­s que pueden ayudar, como sustituir el fumado por cosas que disminuyan la ansiedad.

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