El cara a cara Trump-Kim
Dedicado al embajador post mortems Homero Luis Hernández Sánchez. El pasado 12 de junio fue un histórico día para la política y seguridad mundial. El encuentro impensado entre el presidente estadounidense Donald J. Trump con su par norcoreano, el líder supremo Kim Jong-un, constituyó lo que muchos expertos de la política internacional predecían de algo que no iba a suceder por lo menos por ahora. Sin embargo, como dijo el propio dirigente del llamado “Reino Ermitaño”, “de que hubo muchos obstáculos pero todos fueron vencidos”, refiriéndose al cara a cara Trump-Kim, en la sede de la Cumbre, de la ciudad-estado de Singapur. El 12 de junio 2018 pasa a la historia donde un presidente norteamericano en casi 70 años de escaladas, tensiones y conflictos, se reúna de tú a tú con el máximo líder norcoreano de la dinastía Kim que gobierna esa nación desde el 1948. Para dar una idea de este país, el mismo que se encuentra ubicado en el Asia Oriental y hace fronteras con Rusia, China y Corea del Sur. La población es cercana a 26 millones de habitantes y se considera un Estado socialista Juche, que es una especie de corriente de autogestión apartada de la ideología comunista ortodoxa. Su independencia fue declarada el 9 de septiembre de 1948 al no querer participar en unas elecciones organizadas por la Organización de las Naciones Unidas, adoptando el nombre oficial de República Popular Democrática de Corea. Los inten- tos del régimen de Pyongyang de querer dominar todo el territorio de la península coreana, desató la llamada Guerra de Corea 19501953, entre el norte respaldado por la antigua Unión Soviética, y el sur (Corea del Sur) por los Estados Unidos y otros aliados. Actualmente, el gobierno de Estados Unidos mantiene según Trump, 32,000 efectivos militares a todo lo largo de la llamada Zona Desmilitarizada que divide las dos Coreas. Entre los años de 1995 a 1998, Corea del Norte sufrió una terrible hambruna y que según organizaciones humanitarias murieron cerca de 3 millones de personas, aunque las cifras oficiales norcoreanas dicen que fueron 220,000 personas fallecidas. En el 2013 el régimen anunció un plan simultáneo de expansión nuclear y de la economía. Los servicios como alimentos, la salud, educación y vivienda, son subvencionados por el Estado. La propiedad privada es muy limitada y las empresas como las granjas colectivas siguen el patrón del llamado socialismo juche. La Cumbre de Singapur estuvo rodeada de un amplio dispositivo de seguridad y tanto Trump como Kim se estrecharon las manos en un gesto sin precedente como si esto hubiera sido una novela de ficción. Lo que sí es cierto, es que de seguir las cosas como fueron prometidas, el presidente Donald Trump se anota un triunfo político de doble vía no logrado por sus antecesores; y Kim pasa a la historia como un dirigente que buscó la paz en vez de la provocación guerrerista que nada bueno hubiese traído a dicha Península ni a las naciones circundantes. La desnuclearización de la península coreana empezó en Singapur y puede ser un proceso largo, mediano o corto. Kim busca también levantar las sanciones económicas que afecta su país e impuestas por Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea. La diplomacia internacional se anota un triunfo histórico en aras de la paz y la convivencia civilizada. ¡Enhorabuena!