La belleza en la mente
Al igual que la imagen influye en el estado mental, el estado mental puede influir en la imagen. Por ello, para el éxito de un procedimiento de cirugía plástica, es necesario tener expectativas realistas que deben ser evaluadas por un experto en salud mental como el siquiatra o psicólogo. Con esto se busca determinar si hay trastornos como delirios de percepción (trastorno dismórfico corporal), trastornos de personalidad graves, trastornos alimenticios, condiciones del estado de ánimo o de automutilación, los cuales son más frecuentes de lo que podemos imaginar. La complejidad que conlleva realizar un procedimiento quirúrgico estético y sus implicaciones adicionales hace necesario seleccionar a un equipo de trabajo multidisciplinario (cirujano plástico, siquiatra, nutriólogo, sicólogo) en el que cada especialista asuma su rol y el paciente tenga el mayor de los beneficios disponibles. Es necesaria una identificación de posibles trastornos antes de la intervención para determinar qué personas pueden ser sometidas a un procedimiento de cirugía estética, y así disminuir casos de pacientes que puedan tener motivaciones y expectativas más allá de la mejoría de su apariencia física.
Tomo prestada la siguiente orientación de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética: “Si usted está pensando en someterse a una intervención para intentar influenciar en alguien distinto de usted mismo, puede acabar decepcionado. Es posible que sus amigos o sus personas queridas respondan positivamente a su intervención, pero la cirugía plástica está pensada para producir cambios en usted, no en los demás”.
De manera que es fundamental para una feliz recuperación, luego de estos procedimientos estéticos, tener salud física y mental antes de la intervención quirúrgica. Si no es así, no importa lo espectacular que estés, los resultados están previstos a ser un fracaso.