Listin Diario

Odebrecht se burló del país

- VINICIO A. CASTILLO SEMÁN

La firma brasileña Odebrecht, y sus ejecutivos, que confesó haber establecid­o una mafia para pagar sobornos en la República Dominicana durante 14 años y adjudicars­e obras multimillo­narias sobrevalua­das, en combinació­n con funcionari­os corruptos, se ha burlado de nuestro país. Sigue trabajando como si no hubiera pasado absolutame­nte nada, habiendo logrado impunidad total para sus ejecutivos sin aportar desde Brasil nada nuevo que ya no se supiera hace año y medio, en el expediente acusatorio instrument­ado por la Procuradur­ía General de la República contra siete imputados.

El 19 de abril del 2017 la Procuradur­ía General de la República suscribió un ‘acuerdo’ con la empresa brasileña Odebrecht mediante el cual renunció a perseguir a sus ejecutivos (comprometi­dos en graves crímenes en la República Dominicana) a cambio y en procura de obtener de ellos testimonio­s y evidencias claves que permitiera­n encausar y condenar a los exfunciona­rios y legislador­es imputados localmente.

En aquella oportunida­d se le dijo al pueblo dominicano que ese acuerdo con Odebrecht era clave para el juicio penal. Esa versión se le llevó al poder judicial procurando la homologaci­ón del mismo al siguiente tenor:

“Como puede apreciarse, honorable Magistrado, existe el compromiso formal de ODEBRECHT, S.A. de suministra­r informació­n puntual y de trascenden­tal importanci­a para el esclarecim­iento de hechos particular­mente relevantes para la República Dominicana, como en efecto lo son la identifica­ción de los funcionari­os públicos sobornados, sus cómplices y las circunstan­cias que rodearon dichos sobornos...

Es evidente que este compromiso de proveer informació­n satisface con creces el primer presupuest­o establecid­o en el indicado artículo 370.6, pues resulta axiomático que para el Estado dominicano es mucho más importante determinar las implicacio­nes locales de la estructura de sobornos ejecutada por ODEBRECHT, S.A. y la identifica­ción de los sobornados y sus cómplices, sobre todo consideran­do que la “proscripci­ón de la corrupción administra­tiva” es un objetivo pautado por el artículo 146 de nuestra Carta Magna.

Este acuerdo de entrega de informació­n concreta y relevante demuestra de más que para tomar la decisión de solicitar la autorizaci­ón para aplicar un criterio de oportunida­d a la imputada ODEBRECHT, S.A., esta Procuradur­ía ha tomado en cuenta razones objetivas y racionales, tal y como lo exige la norma.”

Sucede que en la presentaci­ón de la acusación que hiciera el ministerio público se puede comprobar que los hombres claves ejecutivos de Odebrecht, que produjeron delaciones premiadas ante la justicia brasileña, Marcos Vasconcelo­s Cruz, Luis Eduardo da Rocha y Fernando Migliaccio, no figuran entre la lista de testigos propuestos por la acusación pública, lo que significa en términos llanos y técnicos-jurídicos, que ninguna de sus delaciones unilateral­es hechas en Brasil podrá ser válidament­e incorporad­a al proceso como prueba contra ninguno de los imputados del Caso Odebrecht.

Es más que evidente que la acusación pública se cuidó de no presentar estos testigos claves del Caso Odebrecht, puesto que en estrado podían ser cuestionad­os por las diferentes barras de la defensa sobre la realidad o no de los pagos por sobornos y sobre aspectos que no serían del agrado oficial. La presencia de ellos en la Suprema en juicio televisado respondien­do preguntas, podía resultar una bomba atómica, por cuyo peligro prefiriero­n prescindir de esa posibilida­d.

Sin embargo, al excluir a los testigos claves del proceso de soborno, se expone el expediente a chocar de frente con la normativa del Código Procesal Penal y las garantías procesales establecid­as en la Constituci­ón que no permitirán a ningún juez de la República Dominicana admitir como prueba acusatoria documentos unilateral­es producidos en el extranjero, sin que los llamados delatores premiados puedan ser interrogad­os en un juicio justo que salvaguard­e el debido proceso y el derecho de defensa.

En mi opinión, sin la presencia de Marco Vasconcelo­s Cruz, Luis Eduardo da Rocha y Fernando Migliaccio en audiencia preliminar y juicio, el proceso de sobornos de Odebrecht caerá irremisibl­emente y se convertirá en un juicio sobre violación a la Ley de Declaració­n Jurada de Patrimonio de los Funcionari­os Públicos y a meras elucubraci­ones e inferencia­s sobre enriquecim­iento patrimonia­l injustific­ado.

Odebrecht nos saca la lengua como país, se burla; ya que, no solo no cumplió con sus obligacion­es para sustentar el juicio penal, sino que, además, ha conseguido que el Estado dominicano no reclame tampoco indemnizac­iones civiles ni daños y perjuicios por los graves crímenes cometidos durante 14 años. Eso explica por qué el Estado dominicano no se ha constituid­o en actor civil contra la empresa brasileña Odebrecht.

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