PATRICIA MANO PRESENTA SU EXPOSICIÓN "TIERRAS PROMETIDAS"
(+) Es auspiciada por la Embajada de Israel, con el entusiasmo de su representante en República Dominicana, Daniel Saban y por el Ministro de Cultura.
En el Museo Dominicano de las Casas Reales, la arquitecta y pintora Patricia Mano Tolentino presenta su muestra, ‘Tierras Prometidas’. Una sensible exposición de pinturas y dibujos intimistas, en los que la creadora en sus 21 paisajes, derrocha en cada pieza la visión territorial de los espacios nodales y emblemáticos de Israel, trayéndonos con su pincel la cercanía de esos parajes que nos conectan a los orígenes del cristianismo.
La muestra es auspiciada por la embajada de Israel, con el entusiasmo de su representante en República Dominicana, Daniel Saban y por el Ministro de Cultura, con la aprobación de su representante en el país, el arquitecto Eduardo Selman. Por separado ambos elogiaron las dotes pictóricas de Patricia Mano Tolentino, por su exquisito trabajo, que apróxima al espectador sobre los simbólicos parajes y monumentos. Se trata de un recorrido icónico del país de Medio Oriente, que con la exposición celebran el 70 Aniversario de la Independencia del Estado de Israel.
Para la artista, su trabajo creativo proviene de un pacto divino. Las 21 piezas paisajistas las realizó en calidad de representante de estas tierras y son las huellas sensibles y testimoniales de un territorio profundo, apasionado, místico, sublime. “Con esas palabras sentidas he concebido mis obras. Esta muestra anhela ser un panorama de paisajes cotidianos íntimos, reconocibles y auténticos, intensos y sagrados, cuyos suelos expresan compromisos, esperanzas, juramentos y sacrificios, aún en el presente.”
Entre sus obras que expresan tanto sentimiento podemos citar estos emblemáticos paisajes: ‘Meitzar Reserva Natural’, ‘Vida’, ‘El Santo Sepulcro’, ‘El Río Jordán’, ‘El Muro de Las Lamentaciones’, ‘Llega la Noche’, ‘La Basílica de Getsemaní (Jerusalén)’, ‘El Puerto de Juan Acre’, ‘La Vinia de Mario’, y ‘Tres en Uno (Jerusalén)’. Se trata de una lectura visual que nos conecta emocionalmente por el recorrido de esos lugares, que como cristianos son tan familiares a nuestra percepción.