En la juventud está el futuro
Les traigo un editorial que escribió mi amigo colombiano Juan Manuel Morales en la revista Global Golf, la cual edita en su país y de la que es Director General. Le pedí autorización para exponerlo en esta parte editorial de mi página semanal por considerarlo de interés, a lo cual Juan Manuel accedió muy gentilmente. Espero lo disfruten: “Hace seis años, tras salir de la universidad cubrí un Campeonato Nacional Infantil que me hizo reflexionar sobre el verdadero objetivo del golf. Fueron cuatro días de mucho trabajo en los que seguí junto a dos colegas los resultados de más de 300 niños. Lo primero que me impresionó fue el gran nivel de los competidores, quienes, a pesar de su corta edad, firmaron tarjetas con excelentes resultados. No obstante, la hermandad entre jugadores de distintas ciudades del país me hizo ver la importancia del torneo para todos los asistentes. Desde esa fecha me he dado cuenta de que en el golf existe un patrón que no comparto, pero respeto. Algunos padres de familia destrozan la juventud de sus hijos creyendo que el golf se juega solo para alcanzar los 18 ‘Majors’ de Jack Nicklaus. Competir, representar al país o querer llegar al PGA Tour no tiene nada de malo. Es el sueño de muchos golfistas. El problema, para mí radica en cuando ese sueño es ajeno a lo que el jugador realmente desea. Últimamente he visto que en varias academias de clubes (donde más unión debe existir), es donde empiezan los problemas. Algunos padres sobreponen sus intereses personales sobre los comunes, dejando de lado el verdadero objetivo del golf en los niños: Compartir.
Cada padre tiene un objetivo diferente y nadie se puede meter en las decisiones de los demás, pero exigir o regañar a un niño por no clasificar a un torneo es algo que nunca compartiré. Lamentablemente lo vi hace poco y me acordé de un libro de Andre Agassi, aquel ex número uno del tenis, que afirma que “odia ese deporte por la presión de su padre cuando era juvenil”. El golf por si solo es difícil como para agregarle una dosis extra de estrés. Por suerte, también está la contraparte, y son los padres que apoyan y tienen claro que al final, el deporte es solo una excusa para que sus hijos compartan, disfruten y sean felices. Son los hijos de este tipo de padres los que más adelante agradecerán el haber sido guiados por este camino. Al final, la gente se fija más en un buen compañero de juego, que en un buen jugador”. Mantengan la bola en el fairway!