LORNA: “EL PROBLEMA TAMBIÉN ES MÍO”
Hay algo importante que tocar: todos somos generadores de residuos y la responsabilidad de su manejo no es de una sola parte. En el proceso del residuo hay varios actores y todos están involucrados en el proceso y el resultado final del mismo. ¿Dónde hay un cuello de botella? Que toda la responsabilidad esta recayendo sobre una sola parte y, por otro lado, todos los incentivos o beneficios están recayendo sobre otra.
Quien está teniendo la mayor parte de la responsabilidad no está teniendo la mayor parte de los recursos, eso hace que sea insostenible. En nuestro caso particular, los costos del proceso que necesita ese residuo para ser valorizado son altos. Se está haciendo prácticamente imposible lograr la calidad del material que necesitan (las empresas recicladoras).
Para lograr ese nivel de calidad en esa materia prima se hace muy costoso todo el proceso: la recolección, el transporte, la clasificación, y nosotros tenemos que tomar algo en cuenta: el tema de los residuos sólidos es básicamente, además de un problema ambiental, un problema social. Nosotros como cultura tenemos unos hábitos totalmente diferentes, por mal camino, básicamente porque no tenemos cultura de clasificación. ¿Cuántos clasifican de los que están aquí? (Se levantan algunas manos). Es un llamado de atención. Es algo que debe llevarnos a ver que el problema no es de otro, el problema también es mío. Yo genero un desecho, yo tengo que saber qué se hace con ese desecho, qué puedo hacer con ese desecho.
Todavía, la forma que muchas personas tienen de desechar su basura es ponerla en la acera, y cuando la lluvia viene, que la responsabilidad y el problema le caiga a otro. No somos responsables de nuestros propios desechos. (…) Quiero invitarles a que cada uno asuma su responsabilidad, mientras tanto olvidémonos de que hace falta dinero, incentivos, incentivos, leyes. Es verdad, faltan, pero ¿yo qué estoy haciendo? Yo soy la primera persona como punto de partida para poder exigir. Se empieza por casa. Si usted no aporta, si usted no hace, usted no puede exigir que el otro haga. Para que nos asignen presupuesto, para que las leyes se hagan, para que las regulaciones se creen, nosotros tenemos que exigir que eso sea hecho, pero yo no puedo exigir desde mi casa, tirando la basura por la ventana, o tirándola en la calle. No tengo moral para exigir.
Desde mi punto de vista, trabajo mucho con la recolección diferenciada desde la fuente. Primer problema: nosotros no clasificamos en la fuente, para que ese residuo llegue a las plantas en las empresas hay que clasificar en la fuente, cualquiera puedo hacerlo. No hace falta una inversión millonaria para clasificar en la fuente, todos los desechos que se generan pueden ser clasificados. El mayor porcentaje de los desechos generados puede ser valorizado, pero nosotros tenemos que viabilizar que eso sea posible, independientemente de los recursos que se necesiten. El tema de la conciencia y el cambio de hábito no necesita de nuestra parte ningún tipo de inversión millonaria, por algo hay que empezar….