¡ASÍ SE EMPRENDE! DESDE DIFERENTES PUNTOS
Todo el mundo no tiene iguales situaciones, por ende tampoco necesita de las mismas soluciones. Aquí cuatro realidades diferentes.
Ya sea que se tenga un trabajo, varias ocupaciones, mucho tiempo y pocos ingresos; la percepción de ser “muy joven” para lanzarse, o un gran temor a “perder”; si se tiene el profundo deseo de salir adelante con un proyecto propio, esas situaciones no son impedimentos.
“El secreto de salir adelante es comenzar”, una frase del escritor estadounidense, Mark Twain. Su metamensaje es el mismo: dar el paso.
“La idea de emprender un proyecto personal me surgió con la pasión, deseos de superación y necesidad de crear otras fuentes de ingresos para desarrollar una mejor calidad de vida profesional y personal”, explica Jeisson Rafael Abreu, quien a sus 28 años de edad tiene, de manera concomitante, un trabajo base y su proyecto propio.
Recomienda a quienes compartan su misma realidad, que se organicen y se atrevan a saber ade- lante. En este sentido, cuestiona a modo de reflexión, “¿si no lo haces ahora, cuándo será el momento ideal?”
Su caso: es un analista de riesgos, seguridad y medio ambiente en la empresa La Aurora, que decidió lanzarse a realizar un negocio independiente.
Comenzar de cero
La historia de Anthony Capellán es muy similar a la de un número elevado de personas: ¡Me quedé sin empleo”.
Cuenta que se vio en la obligación de iniciar un negocio, porque vendieron la empresa donde él trabajaba, y se quedó desempleado. Se arriesgó a comenzar de cero una tienda de celulares, con tan solo la liquidación laboral que le correspondía de su anterior empleo.
Con este negocio lleva 11 años, y manifiesta estar satisfecho por lo que ha logrado, pues tomó el riesgo y valió la pena.
Entre universidad y trabajo
Tener quehaceres y responsabilidades que demanden tiempo, suele ser un obstáculo para algunas personas, para Estephany Uceta, estudiante en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), representó un reto. Necesitaba trabajar, pero, como no quería dejar sus estudios se dedicó a lo que primero encontró y sabía desempeñarse; reparar teléfonos móviles, sin embargo se dio cuenta que no era lo suyo.
Pensó en una labor que realmente le gustara y decidió emprender con una tienda de ropa. “Inicié sin nada. Si en un mes podía poner la puerta, lo hacía. En otro mes me facilitaron ropa a crédito. El punto más difícil era que tenía que vender esas prendas, y oraba para que se vendieran, porque de ese mismo dinero tenía que pagarlas”, explica Uceta, como forma de ejemplificar su difícil comienzo.
Durante muchos meses sacar dinero para ella no fue posible, pero con el tiempo, trabajo y empeño, el negocio se encamina bien.
Hay quienes sacan ventaja de sus conocimientos, como Luis Fermín Veloz, quien tiene un empleo formal en el que se desempeña como gerente de recepción de un hotel, pero identificó que tenía tiempo para hacer o desarrollar un negocio paralelamente con este.
Descubrió que le gustaba lo que hacía y, en vez de intentar saltar a otra área, se lanzó por lo que manejaba y estaba dentro de sus conocimientos y gustos; ahora es productor de un programa radial, pero continúa con su empleo de base.
Explica, que como él estaba preparado, solo tuvo que buscar la oportunidad, se la dieron y la tomó, aunque le ha resultado todo un reto.