De frente con los criminales
Dos altos funcionarios del gobierno el martes, y el presidente Danilo Medina ayer, han reconocido que el país vive un brote de criminalidad y violencia que es necesario contener. José Ramón Peralta, ministro Administrativo de la Presidencia, y José Ramón Fadul, ministro de Interior y Policía, habían declarado por separado el martes que era evidente que el país estaba afectado por un pico de delincuencia y criminalidad al que el gobierno prestaría mayor atención. Ayer lo hizo el mismo presidente Medina con palabras muy precisas: Policías y militares volverán para las calles, “porque (la criminalidad) había descendido notablemente, pero hay de nuevo un brote de violencia que hay que enfrentarla de manera decidida”.
La inseguridad en las calles, sectores y ciudades están en una marea alta y ocultarlo o darle un trato “mediático” solo serviría en crear las condiciones para que los delincuentes se envalentonen y sigan sometiendo al país a un chantaje insoportable.
Si bien es cierto que el patrullaje de militares y policías no es suficiente para contener a la delincuencia que tiene raíces estructurales muy profundas, es indudable que tiene que ser la primera herramienta para mostrar el músculo del Estado llamado a defender a su pueblo.
La misión de los militares está definida constitucionalmente como el componente de fuerza para defender la soberanía nacional, concebida originalmente para hacer frente a amenazas externas, pero ese poderoso contingente armado perfectamente puede y debe ser usado para contener al crimen organizado presente en el país.
A la par de desplegar soldados y policías en las calles, el gobierno debe mejorar sustancialmente su capacidad de captar información sensitiva de las bandas delictivas para combatirlas directamente, con eficacia, y evitar someter a toda la población a innecesarios registros que en no pocas ocasiones se prestan para extorsiones y maltratos.
A los criminales, sean asaltantes profesionales o rateros de ocasión, hay que combatirlos con determinación, pero para que las autoridades tengan éxito en esa tarea, es necesario contar con la colaboración decidida, voluntaria y concurrente de la ciudadanía, que solo lo hará si considera que la autoridad actúa apegada a la ley y respetando los derechos.
¡A las calles, a combatir todo tipo de criminalidad, pero a proteger a los ciudadanos que salen a cumplir con sus responsabilidades!