En la diana
La inclusión de los objetivos de pobreza, producción y consumo sostenible, y resiliencia a los efectos del cambio climático como aceleradores del conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nacionales es el resultado del reconocimiento de que la teoría del Desarrollo Sostenible plantea un problema de objetivo múltiples y múltiples restricciones, cuya solución óptima debe plantearse definiendo combos o paquetes de aceleradores, con sinergias entre sí y con impactos en otros objetivos. Pero esa decisión debería imponer también un análisis sobre la consistencia entre las metas, y entre estas y los proyectos de inversión pública con impactos directos e indirectos en dichos objetivos. Por ejemplo, con respecto a la consistencia entre las metas hay que tomar en cuenta que la eliminación de la pobreza rural requiere aumentar la utilización de la tierra como medio de vida para generar mayores ingresos rurales, lo que genera mayores posibilidades de erosión de suelos y menor escorrentía de agua, lo cual entra en contradicción con el objetivo de mitigación de los efectos del cambio climático y con el de la producción agrícola sostenible. Segundo Tiro
La política de gasto público debería orientarse a lograr un mayor nivel de consistencia entre las metas de los ODS priorizados, y entre estas y los objetivos de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END). Pero además de buscar una mayor consistencia, también la inversión pública debe enfocarse en lograr un mayor nivel de impacto en las metas y objetivos de los ODS y la END. Las metas del Desarrollo Sostenible y la elección de aceleradores de estas según criterios de eficacia y eficiencia constituyen el nuevo paradigma de la vinculación entre las políticas públicas macroeconómicas de carácter general, y las de características específicas, sectoriales y territoriales vinculadas al gasto público en proyectos de Desarrollo Sostenible. Ejemplo: la inversión pública en el fomento de los diez principales productos de exportación y de los diez principales de la canasta básica alimentaria debe priorizarse en función del impacto en los aceleradores de pobreza, competitividad y producción sostenible, e incorporando posteriormente la prioridad sectorial y territorial. Otro ejemplo: los subsidios sociales condicionados deberían vincularse a la creación de capacidades de los hogares para aumentar la resiliencia a los efectos del cambio climático. Tercer Tiro
Reducir la pobreza rural y aumentar la producción agrícola sostenible requiere un replanteamiento de la política de uso y conservación de los recursos naturales. Las investigaciones y análisis a realizar deberían orientarse a buscar la combinación óptima que produce el mayor impacto en la reducción de la pobreza, y que al mismo tiempo garantiza el nivel de capital natural mínimo que requiere el consumo humano y la producción sostenible. Proteger los recursos naturales más allá de lo necesario para conservar un stock de capital natural suficiente para mantener constante el nivel actual de consumo de servicios ecosistémicos equivale a ahorrar para los ricos de mañana, a valorar más el futuro que el presente, y a actuar como si la tasa de interés o de descuento fuera negativa. Si la tasa de descuento fuera por lo menos igual a cero, la sociedad estaría valorando el futuro igual que al presente. En condiciones de alta pobreza, el verdadero equilibrio intergeneracional debe garantizar el nivel mínimo de capital natural de la sostenibilidad fuerte que requieren las próximas generaciones. No más.