Suecia e Inglaterra por vez primera en una eliminatoria
Las selecciones de Suecia e Inglaterra, que se medirán el sábado en los cuartos de final del Mundial de fútbol de Rusia 2018 en Samara, lo harán por tercera vez en el más importante torneo por naciones del mundo, después de que en las dos primeras ocasiones firmaran sendos empates.
La de este sábado será la primera vez que se midan en una eliminatoria, ya que hasta ahora siempre se encontraron en la fase de grupos. En el Mundial de Corea del Sur y Japón de 2002 empataron a un gol en la localidad japonesa de Saitama, en la que Sol Campbell adelantó a los ingleses en la primera mitad y Niclas Alexandersson igualó en la segunda; mientras que en el de Alemania, cuatro años después, empataron, en esta ocasión, a dos tantos. Ese último enfrentamiento mundialista entre ingleses y suecos tuvo lugar en Colonia. Joe Cole había adelantado a los ‘pross’ antes del descanso y Marcus Allbäck empató en la reanudación, logrando el gol número 2.000 en la historia de los Mundiales.
Francia se puso el traje de Uruguay y le atizó con su misma medicina, fútbol rocoso y duro, para ganar 2-0 con goles de Raphael Varane y de Antoine Griezmann con los que alcanzó las semifinales del Mundial de Rusia.
Durante toda la semana se debatió si Griezmann, amante de la cultura charrúa, era medio uruguayo o francés. Luis Suárez sentenció que era galo, que no tenía nada que ver con su país, y esas declaraciones se volvieron contra él con una “bofetada” a su equipo.
En los 90 minutos que duró el duelo, no sólo Griezmann fue medio uruguayo, lo fue toda la selección francesa, que practicó un fútbol muy charrúa para acabar con el equipo de Tabárez. Trabó el partido constantemente, marcó un gol balón parado, otro de casualidad y consiguió su objetivo: pasar a la penúltima ronda del Mundial.
Los hombres de Didier Deschamps sabían que se iban a encontrar a un equipo que no tenía nada que ver con Argentina, una selección anárquica que nunca supo a qué jugó durante el Mundial. Kylian Mbappé, en octavos, se aprovechó del quilombo del cuadro de Sampaoli y con una autopista por delante firmó varias galopadas dignas de un atleta que desquiciaron a su rival.
Pero Uruguay no tiene nada que ver. Es todo lo contrario. Sabe perfectamente lo que hace. Su sistema está muy bien definido, casi se puede recitar la alineación de memoria y todos los jugadores, sin excepción, son unos perros de presa. Y, todos, sin dejar ni un sólo espacio, se agrupan en torno a su portero, Fernando Muslera.
Mbappé se quedó sin el terreno con el que luce su zancada. Uruguay, no cedió nada al delantero del París Saint-Germain y durante la primera parte, Mbappé apenas dejó algún arranque que enseguida fue frenado con las ayudas que se prestaban todos los jugadores charrúas. Sin embargo, otra de las grandes cualidades de Uruguay, la definición de su dupla Luis Suárez-Cavani, se quedó coja. Sin el segundo, lesionado, el equipo de Óscar Tabárez perdió ese último detalle en ataque que siempre marca la diferencia. Christian Stuani, su sustituto, es un jugador correcto. Pero no es Cavani.
Eso se notó en una de las pocas ocasiones que tuvo Uruguay, al principio, cuando una internada de Diego Laxalt por la banda izquierda no la pudo rematar bien el jugador del Girona. Después, el rechace cayó en los pies de Nahitan Nández, que volvió a centrar al área. De nuevo, Stuani no acertó. Tal vez, si hubiese sido Cavani, la historia habría sido otra. La eliminación de Uruguay y de Brasil en los cuartos de final de Rusia 2018 supone que por quinta vez en la historia las semifinales de una Copa del Mundo las acaparan equipos europeos y no hay ninguno latinoamericano.
Los dos conjuntos sudamericanos que defendían en Rusia el pabellón de la Conmebol y de toda América fueron apeados por Francia (2-0) -Uruguay- y por Bélgica (.-.) -Brasil-.
Los otros dos cuartos de final, que se resolverán el sábado, enfrentarán a cuatro conjuntos del Viejo Continente
La última vez que había ocurrido este hecho fue en Alemania 2006, cuando alcanzaron la penúltima ronda Alemania, Italia -a la postre campeona-, Francia y Portugal.
En España’82 disputaron las semifinales Polonia, Italia -campeona, Alemania y Francia; en Inglaterra’66 alcanzaron dicha ronda la selección anfitriona -vencedora del título-, Portugal, Alemia Federal y la URSS; y en Italia’34 los equipos que pugnaron por la final fueron Alemania, Checoslovaquia, Austria y el conjunto local, que se hizo con su segunda corona seguida.