Un plus de la fuerza de Dios
En la vida personal, en la vida familiar, en la vida comunitaria, en la vida de barrios, en la vida nacional, hay situaciones que necesitan un plus de la fuerza de Dios para no tirar por el suelo, en una desesperación o en una rabia, años de sabia lucha y esfuerzo.
¡Cuántas veces nos vemos asediados por esas dificultades y en un momento en el que nos sentimos muy mal decimos: “Dejaré esto, no seguiré”! Se tira la toalla, como cuando alguien dice: “Lo que funciona aquí es la corrupción, ya no aguanto más, vamos a caminar por la corrupción”… O con el que dice aún más: “Y yo tengo este plan para esta situación en la que estoy viviendo, pero yo no aguanto más…”; se desespera, le da una rabia y tira por el suelo la sabia gestión, la lucha, el esfuerzo que ha estado haciendo.
En esos momentos, cuando nuestras fuerzas parece que se acaban, hemos de acudir a la fuerza humana de alguien que nos ayude, nos ilumine y nos aconseje, o si se quiere, a la fuerza de Dios, también, que puede ayudarnos en esos momentos.
A veces hay situaciones donde nuestras fuerzas ya no puedan dar más y dejamos en el camino todo lo que hemos hecho. Ahí busquemos de alguna manera que alguien -entre ellos Dios, pero sobre todo Dios-- nos ayude a salir de esa situación y sepamos vencer la desesperación o la rabia, que tanto daño nos hacen. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.