Serena y Rodina, dos madres de frente hoy
Serena Williams y Evgeniya Rodina, rivales este lunes en octavos de Wimbledon, se ganan la vida jugando al tenis. Eso es indiscutible. A diferentes escalas, eso sí, ya que mientras la estadounidense ha amasado 72 millones de euros a lo largo de su carrera, la rusa apenas llega al millón y medio.
Entre los 72 títulos que las separan y las más de 300 victorias de distancia, su punto en común llega fuera de las pistas, donde ambas comparten el hecho de haber sido madres y haber vuelto al circuito.
El caso de Serena es el más reciente. Ganó el Abierto de Australia estando embarazada, dejó las pistas poco después para dar a luz a Olympia -su hija- en septiembre de 2017 y volvió a competir en el pasado torneo de Indian Wells. Con 36 años y todo demostrado en el mundo del tenis, ella misma lo explicó hace escasos días: “No necesito ganar más”. Ni siquiera alcanzar a la australiana Margaret Court, líder histórica con 24 Grand Slam, es motivación para la estadounidense, que imparte una clase de maternidad a cada rueda de prensa que da.
Preguntas sobre dar el pecho, llevar a su hija a los estadios e incluso sobre el perfil de Instagram que posee la pequeña son recurrentes cuando la estadounidense se sienta ante los medios.
Aunque precisamente este doble papel le obligue a perderse algunos de los momentos importantes de la vida de su retoño. Los primeros pasos pillaron a la estadounidense entrenando.
Ya no es Serena la tenista, ahora es Serena la tenista y madre. Otras en el pasado supieron llevarlo al éxito, como la belga Kim Clijsters, quien ganó dos Abiertos de los Estados Unidos (2009 y 2010) tras la maternidad. A Serena le ha servido para rebajar la presión y quitarse el cartel de favorita y estar, sin excesivo ruido, ya en octavos de final de Wimbledon.