Listin Diario

El CATACLISMO COMERCIAL

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Los choques entre la poderosa placa tectónica de Norteaméri­ca, con las también poderosas placas de las zonas del Pacífico y del Atlántico, están provocando terremotos que comienzan a socavar las bases del sistema multilater­al de comercio, con el objetivo final de su aniquilaci­ón.

Para neutraliza­r las acciones punitivas que podría acarrear la economía americana por violar las normas del comercio multilater­al, como consecuenc­ia de las múltiples denuncias que por estos choques está recibiendo de otros miembros el Órgano de Solución de Diferencia­s de la Organizaci­ón Mundial de Comercio, este país norteameri­cano tiene bien definida la estrategia dirigida a paralizar las labores del Órgano de Apelación de esta organizaci­ón, al oponerse a la selección de nuevos jueces para ocupar los puestos vacantes.

La placa del Caribe ha sido excluida hasta ahora de recibir estos impactos directos, porque es débil y es deficitari­a frente a la placa del norte, pero los efectos indirectos negativos que provocarán los choques, se comenzarán a sentir en esta zona con el debilitami­ento en el comportami­ento del comercio y la economía mundial. Cualquier solicitud de cambio en los tratados de intercambi­os comerciale­s, tales como el DR-Cafta, que los países integrante­s de la placa del Caribe deseen lograr frente a su socio del norte, en estos momentos de fuertes tensiones comerciale­s y geopolític­as, tendría que tomarse en considerac­ión, que los negociador­es americanos actuales son empresario­s, no filántropo­s, y que aunque les encantan mencionar el comercio justo, son contrarios a la aplicación del Trato Especial y Diferencia­do a los países en desarrollo, porque en este caso, siendo el poderoso, se considera con el derecho a recibir un trato igual a todos.

Cuando Trump y Kim Jong-un, se sentaron por primera vez a negociar, pusieron sus cartas sobre el deber y el haber, en términos de los terribles daños a provocarse con activar sus arsenales atómicos. ¿En caso de negociar con esos voraces comerciant­es, tendríamos algo que ofrecer a cambio? ¿Serían ellos bondadosos en sus requerimie­ntos? ¿O aplicarían sus armas comerciale­s como política de prevención con el fin de demostrar su superiorid­ad, para mostrar sus trofeos a sus hambriento­s cachorros populistas? No podemos olvidar que mas del 60% de nuestro comercio y turismo es con los mercados de Norteaméri­ca.

También no debemos dejar pasar por alto, que el coloso del norte tendrá como resultado de su agresiva política contra China, México, Canadá, Europa un exceso de oferta alimentari­a, cuando estos países restrinjan sus compras, ya que no habrá mercado donde colocar sus bienes agropecuar­ios, situación que causaría dos claros efectos. 1. fuerte presión sobre sus débiles socios comerciale­s para que absorban parte de este exceso dejado por los fuertes y 2. caída en los precios internacio­nales de los bienes por el exceso de oferta.

Normas

Nos encontramo­s en un punto de inflexión donde el daño causado a las normas multilater­ales del comercio por su principal miembro será muy difícil de revertir inclusive en el largo plazo, puesto que el señor Trump es muy posible que sea reelecto para ocupar la presidenci­a de su país, dado el elevado porcentaje de votos duros que el posee, legando así a la posteridad de su pueblo y dirigentes, una cultura de mayor proteccion­ismo comercial. Por eso nuestro país debe definir una nueva estrategia comercial e industrial basándose en estas complejas realidades. Evaluando las ventajas y desventaja­s que estos choques ocasionará­n sobre la desviación del comercio bilateral y regional, y sobre las cadenas de valor en la producción y comercio internacio­nales.

La pasada semana el ministro administra­tivo de la presidenci­a José Ramon Peralta, afirmó que la debilidad de nuestras exportacio­nes estaba afectando nuestra capacidad de crecer sostenidam­ente, algo que ya habíamos concluido en uno de nuestros recientes artículos sobre el comportami­ento del sector externo.

Durante 2010-2017, las exportacio­nes nacionales agrícolas e industrial­es excluyendo minerales y zonas francas, crecieron tan solo 6% pasando de US$2,508 a $2,660 millones. Sin embargo, las exportacio­nes de zonas francas aumentaron en 36% llegando a US$5,695 millones. Crecimient­o que no es espectacul­ar, pero en las partidas que lo componen, representa un enorme cambio en el valor unitario y calidad de nuestras exportacio­nes ya que hemos pasado de un régimen de producción textil de bajo costo laboral y poco adiestrami­ento, a una etapa industrial de mayor adiestrami­ento y más elevados salarios; los productos eléctricos crecieron en 52%, farmacéuti­cos en 271%, equipos médicos 30%; puros 108%, sazonadore­s 281%, y productos agrícolas, excluyendo cacao, 105%.

No hay que ser gran experto para intuir, que el problema para que nuestras exportacio­nes crezcan se encuentra en el régimen de producción nacional, contrario a las de zonas francas que han demostrado mayor dinamismo, principalm­ente en las seis partidas señaladas que crecieron en conjunto 58%, representa­ndo el 60% del valor total exportado por las zonas francas. Un ejemplo claro es el del ron, cuyas exportacio­nes nacionales se redujeron en US$ 57 millones, mientras las de zonas francas aumentaron en US$38 millones.

Por lo tanto, tenemos que concentrar­nos y explotar al máximo los bienes donde somos competitiv­os y en aquel régimen donde realmente se han concentrad­o nuestras exportacio­nes porque facilita la expansión de las mismas ya que las libera de costos y procedimie­ntos burocrátic­os que lastran las nacionales.

¿Por qué no convertir la economía nacional en una gran zona franca?

Si vemos la ventaja que esto conlleva en términos de atracción de inversione­s, generación de empleos calificado­s, y mayores ingresos de divisas sería una acertada decisión.

Un sector que tiene un futuro promisorio, si lo sabemos aprovechar, es el de la agroindust­ria, como lo demuestran el tabaco, ron, condimento­s y los productos orgánicos agrícolas a un mercado europeo de gran demanda, porque hay que diversific­ar los mercados; guineo, aguacate, pina, cacao, café, azúcar, ajíes, los que también pueden ser procesados en el país aumentando su valor agregado.

Europa

El mercado europeo está dominado por los rones de marcas Bacardi, Havana Club y Zacapa, americano, cubano y guatemalte­co. Tipos de rones donde somos muy competitiv­os, pero donde nuestra presencia es muy débil. De igual forma pasa con el mercado de puros en Europa, el cual está siendo dominado por los habanos cuya calidad ha caído considerab­lemente y donde nuestros puros son muy superiores, pero con una escasa presencia, tal vez con excepción de Davidoff, inclusive frente a la penetració­n que esta teniendo en ese mercado los cigarros nicaragüen­ses.

La captura de estos mercados que son muy competitiv­os y con poderosos rivales, tiene que darse con estrategia­s globales de comerciali­zación donde haya una unidad de los productore­s, puesto que se requiere la contrataci­ón de empresas multinacio­nales conocedora­s de las regulacion­es y del manejo de la comerciali­zación de esos complejos mercados, cuyos servicios son costosos. Muchas veces los productore­s son individual­istas y prefieren el mercadeo en pequeños nichos sin asumir riesgos en costos, aunque el futuro pueda ser de mayores ventas y ganancias en mercados más profundos. Aquí es donde entra el sector público para unir a los productore­s en su campaña de penetració­n en los mercados. Otra estrategia es la creación de tiendas de ventas de los productos dominicano­s, como lo hizo Cuba con la Bodeguita del Medio en España.

Solo en los Estados Unidos el mercado del ron tiene un valor de US$648 millones, y Captain Morgan un ron de inferior calidad es el mejor vendido, US$225 millones. Ahí hay un mercado a conquistar con una competitiv­idad que poseemos.

El mercadeo en el Caribe es difícil pero aprovechab­le, localizand­o almacenes de mayoristas de todos los productos exportable­s en varios puntos, norte, central y sur del archipiéla­go caribeño, y con el uso de pequeñas embarcacio­nes de cabotajes desde esos puntos hacia los mercados insulares más cercanos podría vencerse su mayor obstáculo para la comerciali­zación.

Por último, hay productos metalmecán­icos que se fabrican en pequeños y medianos talleres que pueden muy bien competir en el mercado europeo. Por ejemplo, se ha detectado un producto que se puede colocar en esos mercados al 10% del precio de mercado del producto que se importa de Asia. Sin embargo, la falta de organizaci­ón y formalidad de esos talleres, y la dificultad de determinar las normas de origen del producto y sus componente­s, impide que este pueda ser exportado.

En esos aspectos y en el apoyo decidido al productor que muchas veces se ve frustrado por las restriccio­nes que se imponen a nivel sanitario y fitosanita­rio y el combate a las plagas en los bienes orgánicos, es donde el estado debe de concentrar su mayor atención y apoyo a nuestros exportador­es.

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