China está de moda
En octubre Danilo Medina viajará a la República Popular China a una reunión con el presidente de ese país, Xi Jinping, y del encuentro se derivan muchas expectativas. Desde que se establecieron las relaciones muchos funcionarios, empresarios y periodistas han viajado a China y se espera que igual haya ocurrido de allá para acá.
Los chinos están acostumbrados a este intercambio. Han ido escalando, sumando y restando posiciones políticas en el concierto internacional y tienen una estructura para manejar esos temas. No ocurre igual con los políticos dominicanos. En general heredan unas relaciones internacionales, aunque el PLD haya realizado los atrevimientos de relaciones con Rusia y Cuba, estas no tienen el mismo carácter con China por su actual peso en la economía mundial.
No es de extrañar que por eso hayan ocurrido traspiés, como el reciente caso que dos funcionarios que abochornaron al presidente de la CDEEE por haber realizado unos acuerdos en tinta de agua con ejecutivos chinos, cuando en realidad son temas de agenda a la firma de los mandatarios en octubre. Esa agenda genera dolores de cabeza de más de uno. Los chinos, tengo entendido, quieren ayudar en materia de energía eléctrica, manejo de aguas para potabilizar el consumo y extender su uso hasta los pobres, desarrollo urbano, transporte terrestre incluso la construcción de trenes, inversión en muelles para cargas y cruceros, así como aumentar el flujo del turismo. Se tasa en unos diez mil millones de dólares la posible inversión de China en el país para los próximos años. Se da por descontado que establecer turismo desde China implicaría el establecimiento de frecuencias de líneas aéreas y barcos para facilitar el intercambio comercial y el aumento de las exportaciones dominicanas actualmente en 140 millones de dólares y proyectadas a 600 millones en los próximos dos años. Entre los temas que se mencionan sin confirmación está la posible compra por parte de China de la deuda pública en dólares, las deudas con los corresponsales internacionales a través del Banco de Reservas que, aunque se contabiliza como privada tiene el aval estatal, que es por tanto pública, así como la deuda subordinada del Banco Central y los 10,000 millones de pesos en deuda pública que superan el 60 por ciento del PIB. El nivel del endeudamiento sobrepasa la línea de flotación y genera alarmas. China es una muleta que no paga sobornos. Eso es lo malo.