Deudas de Pimentel…
Pimentel tiene fama de ser un pueblo fértil en la producción de figuras notables en el ámbito intelectual, artístico, académico, etc.
Las glorias de mi pueblo tienen reconocimiento nacional y méritos que en algunos casos trascienden las fronteras nacionales.
Las canciones de Luis Kalaf y Bienvenido Brens han sido interpretadas por los más famosos cantantes de habla hispana; sus temas figuran entre las mejores creaciones del cancionero dominicano.
Osvaldo Cepeda y Cepeda tiene asegurada su inmortalidad en la locución de este país.
Manuel Mora Serrano es un escritor de prestigio, reconocido por su vasta producción literaria que abarca varios géneros; ganador de importantes premios nacionales y activista cultural que dejará huellas en la literatura del país.
El general Juan Ramón de la Cruz Martínez puso a disposición de nuestro pueblo la estatura de su rango y su grandiosa imagen pública. Hizo esfuerzos por el rescate de los deportes, gestionaba asistencia a los humildes, pidió ayuda para el bien social de la comunidad, en fin, diligenciaba cosas para nuestra gente más necesitada.
Aunque puedo seguir nombrando a otros notables de nuestro pueblo como Luis Molina Achécar, Freddy Ortiz, Nolasco Cordero, Tiberio Castellanos, etc., ahora solo me interesa resaltar la fama y la dimensión humana de esos primeros cinco nombres, cuyas trayectorias nos llenan de orgullo a los pimenteleños y al país.
Con estas figuras Pimentel tiene deudas. En algunos casos porque han sido promotores sociales de la comunidad. Y en otros, porque son una representación insigne de nuestro pueblo.
Y en ese sentido, todavía no se entiende por qué aún no se ha levantado en Pimentel un monumento que honre la memoria de Luis Kalaf y Bienvenido Brens, como ya lo ha insinuado Freddy Ortiz. Su trascendencia, la grandeza de su obra, su reconocimiento internacional, su maravilloso pedestal artístico, los hace merecedores de reconocimientos que eternicen su nombre y que los coloque de cara a las futuras generaciones. Animo a nuestras autoridades municipales para que en un lugar público de allí se erijan algunas efigies que honren la memoria de estos grandes compueblanos, o se disponga que algunas calles del pueblo lleven su nombre como homenaje permanente a su grandeza artística o social.
Son esfuerzos posibles que engrandecerían a los hombres públicos que dirigen la municipalidad y a la vez constituiría un justo reconocimiento a la estelaridad de nuestras figuras insignes para que jamás se olviden sus nombres y sus obras.