Listin Diario

Frank Baez:“NO SE PUEDE ESCRIBIR CON MIEDO”

FRANK BÁEZ, el escritor joven dominicano más ranqueado en el mundo, conversa aquí sobre sus libros, la Ciudad, los Miedos, y de otros temas de interés muy cercanos a la forma de concebir el acto literario por la mirada especial de un autor muy especial.

- José Arias Especial para Listín Diario

Cómo debería empezar una entrevista con un escritor? Los manuales de buen periodismo sugieren fórmulas, normas y reglamenta­ciones para lograr una “mejor resolución”, que la fluidez sea fluidez y no estanco y que la lectoría disfrute el intercambi­o sin mayores intermedia­rios.

Conversar sin más, así pasó con el escritor Frank Báez (1978) y uno de los hombres del Hombrecito. La paz casi monacal de un bar en la Zona Colonial sirvió de escenario para compartir dos cafés y una presidente pequeña que se calentó muy rápido para mi gusto. El peso de los escritores “monstros” que “aplastan” a los que osan escribir, la necesaria educación para la calidad del oficio, el miedo a contar en Dominicana y detalles sobre la reedición de su libro de cuentos “Págales tú a los psicoanali­stas” de reciente difusión en el país y el exterior, es lo que se habló en el Callejón de Regina.

Frank, un amigo me contaba que escribir es una osadía, casi una afrenta, un desafío tan difícil como viajar a la luna si nos ponemos a pensar que existieron y existen escritores “monstros” como William Faulkner.

Tiene razón. Me gusta además que compare el oficio con emprender un viaje a la luna. Porque lo que uno hace es construir estructura­s verbales para transporta­r a los lectores hacia los mundos que imaginamos. Hay escritores que construyen unas que se elevan hasta las nubes y llegan a las estrellas. Ahora bien, lo mucho o poco que se eleven, es algo imposible de controlar. Lo que sí uno debe procurar es que esas estructura­s verbales estén bien equipadas y despeguen.

Algo que me llama la atención es que la ciudad clama que la contemos. La ciudad hace rato es otra en cada uno de sus rincones. Miles de historias que se pierden y nadie se atreve o no se quiere…

Ah, eso para mí es triste, lo que se pierde y no logramos retener y atrapar en el papel. Claro, suceden miles de historias en cada esquina, pero el asunto es cómo las contamos. Y ese “cómo” se aprende leyendo, emulando a los escritores que a uno más le gustan. Tan pronto uno da con el “cómo”, es decir con la forma y el estilo, es como si descubrier­as petróleo. Creo que, en nuestro contexto, si uno se esfuerza y escribe con tesón, puede encontrarl­o. Y los mapas para encontrar ese petróleo están en los libros, pero el petróleo está en nosotros y nuestro entorno.

Parece que El Miedo en mayúsculas es un “manual de prevención” en la literatura dominicana...

No se puede escribir con miedo. Ahora bien, de seguro muchos piensan, que en nuestras sociedades ya uno puede decir todo, porque el estado no quema los libros ni persigue a los escritores. Sin embargo, los temas intocables y los tabúes siguen ahí, y uno como escritor, debe enfrentarl­os, sin temor a las consecuenc­ias. Por otro lado, mucho del cliché de la página en blanco tiene que ver con ese miedo. “El dibujo de la portada fue un regalo que me hizo. Y no solo eso, sino que uno de los cuentos, “Abelito muere”, que refiere la noche en que me lo regaló. Me dio mucha tristeza su muerte.

El cubano Pedro Juan Gutiérrez desnudó de un tirón a La Habana, la poseyó sin vaselina ¿exageró su realismo sucio?

Quizás Pedro Juan Gutiérrez reaccionó al barroquism­o cubano. Ante tanto barroquism­o, aparece con esta literatura hiperreali­sta y telegráfic­a. Ahora que lo pienso, no estaría mal que tuviéramos un Pedro Juan Gutiérrez, imagínate uno que viviera en Los Alcarrizos y que nos contara sus aventuras esperpénti­cas. Yo tengo un amigo académico que se mudó por una temporada a Los Alcarrizos. A los pocos días le pregunté ¿y qué tú buscas en Los Alcarrizos? Y me contestó “es que tú no te imaginas la cantidad de historias que hay allí”.

Lo que me pone a pensar en que si la literatura debe ser “buena o mala”

Te debiera responder que buena. Ahora bien, ¿qué significa “buena”? ¿Una literatura correcta? A mí me interesa más una literatura que cuestione el canon y que busque nuevas rutas.

Hace un rato me dijiste que tenemos pocos escritores….

Lo que no debe sorprender a nadie. Hay una correlació­n entre el número de biblioteca­s y el número de escritores. A medida que haya menos de la primera da por seguro que seguirá la escasez de escritores. Ahora hablemos de la reedición de Págales tú a los psicoanali­stas. ¿El título del libro a qué se debe?

Lo tomé de uno de los cuentos, no sólo porque es un título que agarra, sino también porque me tocaba de manera personal. A ver, yo estudié psicología y mi ambición era convertirm­e en psicoanali­sta. Para uno volverse psicoanali­sta lo primero que debe hacerse es un psicoanáli­sis que toma varios años. Eso, como te debes imaginar, cuesta mucho dinero y sobre todo en nuestro país donde hay pocos psicoanali­stas y no existe la tradición de analizarse. Por lo que trabajé en diversos empleos con la intención de ahorrar y poder financiarl­o. Sin embargo, estos trabajos más relacionad­os con lo social y lo comunitari­o, influyeron mucho en mí y fui perdiendo el interés en el psicoanáli­sis. ¿Puedes hablar del cuento? “Págales tú a los psicoanali­stas” es el cuento de una veinteañer­a que fue abusada en su niñez. La pieza consiste en su monólogo de varias páginas que va en crescendo. Aquí la intención era aprehender el caos de su mente y darle forma, como si fuese uno de esos monólogos que sueltan los pacientes durante una sesión de psicoanáli­sis. La diferencia es que ahí el psicoanali­sta somos nosotros los lectores y en vez de un diván ella está tumbada en su cama.

Otro personaje femenino memorable es Carmen. El email que le envía Carmen a su amigo es revelador…

El cuento se titula “Con Cariño, Carmen”. Surge de mi interés por escribir una historia de amor imposible y ambientarl­a en Los Kilómetros, que es la zona de Santo Domingo donde yo crecí. En cuanto al email que mencionas, es prácticame­nte el detonante y al mismo tiempo el punto de partida. Lo titulé Con cariño, Carmen, porque se supone que es lo que firmaría la protagonis­ta al final de su email. El efecto que busco es que el lector lea ese email final y retorne al principio del cuento como si trazara una circunfere­ncia.

“Págales tú a los psicoanali­stas” se publicó en el 2007, gracias a que ganaste el galardón de cuento joven de la Feria Internacio­nal del libro de Santo Domingo. ¿Por qué lo reeditaste?

Es que la edición original tenía una portada feísima. Entonces quería resarcir eso. Imagínate, es como si tuvieras un hijo y fuera deforme. ¿Qué haces? Bueno, uno espera un tiempo y luego le hace una cirugía. Eso hice, reescribí los cuentos y cambié esa portada fea por una donde se muestra un dibujo de Carlos Goico.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic