Pregunta sin respuesta
Han sido muchas las veces que me he encontrado con lectores de estas Expresiones, que me hacen preguntas relacionadas con temas que trato y de otros que no. Los lectores entienden que, como periodista, uno tiene a manos todas las respuestas a sus inquietudes informativas. El último me lo encontré ayer en una sucursal bancaria: “Usted es Aquino, verdad?”. Me preguntó, seguro de saber la respuesta. “Sí, señor”, le contesté.
A seguidas me inquirió: “¿A dónde van a parar todos los millones que roban en asaltos a bancas de Loterías, bancos comerciales, negocios y a algunos ciudadanos?”. Al quedarme en silencio por un momento, mi afable lector continuó: “Se lo digo porque aquí atrapan delincuentes que asaltan y los condenan a 10, 20 y hasta 30 años, pero del dinero que le atribuyen haber robado, nunca se recupera y si encuentran es una suma ridícula”. La respuesta que le di al seguidor de esta columna, es la que expondré aquí.
Realmente no sé que pasa con ese dinero. Yo también me he hecho la misma pregunta.
Por ejemplo, son millones los que sustrajo la llamada banda de Percival. Cuando se enfrentó a la Policía en Bonao, donde murió, se habló de poco más de un millón recuperado, pero se le atribuyó haber cargado más de 25 millones en asaltos a La Sirena, Bella Vista Mall y el Banco Popular de Plaza Lama. Del mismo modo, los últimos asaltantes de Vimenca, Banco Popular y varias bancas de lotería, le endilgan haberse llevado cerca de 30 millones. Pero a estos se le ocupó apenas unos 120 mil pesos.
¿En manos de quién o quiénes ha quedado todo el dinero no contabilizado? Me pregunto, y pregunto a las autoridades.
Además, otra inquietud de nuestro amigo lector, que hago mía, es ¿por qué el silencio que siempre mantienen los propietarios y ejecutivos de las instituciones bancarias, tiendas y bancas, víctimas de los asaltos?
Es cierto que cuentan con buenos e importantes seguros, pero de todas maneras es como si no dieran importancia a un robo de millones a sus instituciones; ni se preocupan por demostrar que no han tenido ninguna vinculación con el hecho.
De todas maneras la inquietud de mi asiduo lector está expuesta y yo la comparto. ¿En manos de quién o quiénes quedan los millones robados a bancos, tiendas, bancas de apuestas y ciudadanos, cuyos autores, o han muerto o están en prisión? Es una pregunta que, casi seguro, tendrá el silencio por respuesta de parte de las autoridades.
Pasa igual con el 90% de los cargamentos de drogas incautados. Se presentan las drogas, pocas veces a los dueños de éstos y los millones que les quitan a la hora del hallazgo.