Nuestra economía y la norteamericana
Este viernes 27 de julio el departamento de Comercio de los Estados Unidos informó que la economía norteamericana creció en el segundo trimestre del año (abril-junio) en un 4%, el porcentaje más alto desde el tercer trimestre del 2004, cuando aumentó en un 4.9%.
Esto fue impulsado por el gasto de los consumidores que tuvo un crecimiento de un 4%, lo que fue catapultado por los efectos de las bajas impositivas que incrementaron el ingreso disponible de los norteamericanos.
Otro elemento que influyó en el crecimiento económico de los Estados Unidos en el segundo trimestre es el aumento de las exportaciones y de las importaciones, a pesar del inicio de la guerra comercial, lo que se explica porqué muchas empresas, fundamentalmente agrícolas, adelantaron sus compras y ventas de la República Popular China y Europa para eludir los incrementos tarifarios.
Un elemento adicional que tranquilizó la economía americana, en el corto plazo, es que la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) mantuvo sin cambiar las tasas de interés de referencia, que están entre el 1.75 y el 2 por ciento.
La Fed anunció este junio que durante el año 2018 habría cuatro alzas de tasas, por lo que se espera que para septiembre y diciembre se produzcan incrementos. Esto tiene desde ya la oposición del presidente Donald Trump quien ha señalado que los aumentos de tasa de interés ponen a los Estados Unidos en desventaja con respecto a Japón y a la Zona Euro; porque las monedas de estos países se devalúan con respecto al dólar haciendo más caro sus productos, perdiendo competitividad y reduciendo el crecimiento.
La mayoría de los economistas y analistas de la situación económica de Estados Unidos entienden que el nivel de crecimiento del segundo trimestre del año fue circunstancial y que en los próximos trimestres la economía comenzará a ralentizarse, como resultado de la guerra comercial y de la subida de las tasas de interés.
En el caso de nuestro país, según ha publicado el Banco Central, tuvimos un buen primer semestre: el producto bruto interno creció en un 6.7 por ciento, impulsado fundamentalmente por las empresas de zonas francas, la construcción y el comercio. Las exportaciones tuvieron un importante crecimiento de un 8.4%.
El crecimiento del primer semestre, mas los altos precios del petróleo y sus derivados, han producido un incremento de la importación que, como habría de esperarse, produce presión en el mercado cambiario y en la inflación interna, aunque por debajo del rango tope del 5%, está por encima del porcentaje de la inflación meta que es cerca de un 4%.
El crecimiento de la economía, la presión inflacionaria y de la tasa de cambio llevó al Banco Central a incrementar la tasa de interés de política monetaria a partir de este mes de un 5.25% a un 5.50% anual. La tasa a los depósitos remunerados de un 3.75% a un 4% anual y los repos o tasas que el Banco Central le cobra a las instituciones financieras por los préstamos de muy corto plazo que les otorga, de un 6.75%. a un 7%. Las subidas de las tasas de interés de los Estados Unidos que se esperan para este semestre, las establecidas por el Banco Central y la posibilidad de que aquí y allá se produzcan nuevas alzas, va a producir una moderación del crecimiento. La magnitud de la ralentización en la nuestra estará directamente ligada a los efectos de la guerra comercial en la economía norteamericana y al impacto que el incremento de las tasas del Banco Central tenga en la economía.