¿Van a arrebatarle la antorcha...?
Durante los 12 años que Leonel Fernandez gobernó el país, nunca tuvo que lidiar con adversidades dentro de su partido del tipo que ha tenido que enfrentar el presidente Medina. Danilo y su gente nunca molestaron a Leonel, nunca atacaron su gobierno y mucho menos pretendieron imponerle agendas ni en el Congreso Nacional ni en las instancias partidarias.
En el año 2008, meses después juramentarse para un segundo periodo presidencial consecutivo, Fernández depositó en el Congreso Nacional un proyecto de ley para declarar la necesidad de una Reforma Constitucional. Y si bien no se trató de una modificación puntual como la del año 2015 ---si no una reforma integral que estuvo precedida de un largo y abarcador proceso que inició dos años---, tampoco se puede negar que hubo aspectos de interés personal del entonces Presidente…
Como fue parte del contenido del acuerdo que firmó con Miguel Vargas, con el que dejó abierta la posibilidad de reelegirse. No de manera consecutiva, pero le habilitó para retornar al poder. Ya que la Constitución sobre la que había jurado, tanto en el 2004 como en el 2008, le impedía presentarse nuevamente a los cargos de Presidente y Vicepresidente de la República. En ningún momento de aquel proceso que se extendió por casi un lustro, Leonel Fernández consultó a nadie en su partido, ni llevó sus propuestas al Comité Político o al Comité Central para informar o al menos socializar los aspectos de mayor contenido político y electoral de esa reforma.
En cambio, la modificación constitucional que viabilizó la reelección del presidente Medina fue llevada a discusión en el Comité Político, donde la posición de apoyarla ganó holgadamente la votación interna. No obstante el presidente Fernandez se sublevó, y debieron negociar un acuerdo mostrenco que entre otras malignidades provocó una parálisis en las estructuras del partido y frenó la movilidad tanto del organigrama interno como de las ofertas electorales.
En los actuales momentos Danilo Medina y su gobierno viven en constante acoso por parte de las fuerzas internas que orienta Leonel Fernández. Ven la reelección hasta en la sopa, y obstruyen la ley de partidos y la reforma electoral, escondiendo en argumentos legales y constitucionales un pavor irracional a un fantasma… Porque Danilo no va a intentar reelegirse. El Presidente es un hombre sensato y prudente, y sabe mejor que nadie que no existen condiciones para un proyecto continuista.
Sin embargo a Danilo pretenden condicionarle la paz y la normalidad interna del Partido de la Liberación Dominicana a que anuncie que desiste de la repostulación… Y nadie le pidió eso a Leonel.
Al llegar a la mitad del segundo mandato consecutivo de Fernández un grupo de sus colaboradores salió a las calles a recoger firmas para pedir su repostulación, se montaban manifestaciones proselitistas pidiendo su reelección en todas las inauguraciones y una serie de “ingenieros constitucionalistas” sostenían que Leonel no tenia impedimento constitucional para buscar un tercer mandato consecutivo.
Fue tanto el activismo reeleccionista que a finales de marzo del año 2011 Fernández encabezó un multitudinario acto en el Palacio de los Deportes donde recibió más de dos millones de firmas en reclamo a su repostulación… Se las llevaron en carretillas, provincia por provincia, y se contaron por decenas los discursos apologistas reclamando su continuidad en la Presidencia de la República, a pesar de que la Constitución vigente se lo impedía.
Leonel mantuvo abierta la posibilidad de buscar una nueva reelección hasta el último momento, y no fue hasta que llegaron las fechas fatales para inscribir precandidaturas que anunció que no se presentaría. Sin embargo, a Danilo le presionan para que se descarte desde ahora, algo que el Presidente no tiene por qué hacer… Y no debe hacerlo, porque al igual que Leonel tiene derecho a tratar de mantener la cohesión de sus fuerzas.
Ese doble rasero en el trato hacia el gobernante de turno se pretende aplicar con la elección de los bufetes directivos de las cámaras legislativas. Mientras fue presidente y el PLD controló el Congreso, Leonel siempre tuvo la última palabra sobre quienes dirigían las cámaras. Pero a Danilo le quieren imponer una alternancia que Fernández nunca concedió, mucho menos al momento de conformar el Consejo de la Magistratura, espacio que abrazó con celo, y donde decidió a sus anchas y sin consultar con ninguna instancia partidaria, ni siquiera cuando lo convocó en la transición, cuando ya Danilo Medina era Presidente Electo.
¿Por qué ahora tiene que ser diferente? ¿Por qué Danilo no merece recibir el mismo trato dispensado a Leonel?
¿Pretenden “arrebatarle la antorcha” a Danilo...? Y piensan que no habrá consecuencias.