LA ACTITUD CUÁNTO VALE PARA EL EMPLEO
El neuropsicólogo Alejandro Maríñez explica que una buena actitud muestra el nivel de inteligencia emocional de las personas, no solo para entender tus propias emociones, sino también la de los demás.
Mostrar una actitud positiva y una entusiasta disposición a colaborar con los propósitos de la organización o empresa puede ser el punto motor para el crecimiento laboral y para ser tomado en cuenta a la hora de los ascensos o promociones.
La actitud en el ambiente laboral se mide en función de la disposición que muestra el empleado a las tareas de la empresa, a su crecimiento personal y profesional y su disponibilidad para agregarle valor a lo que hace.
Según los expertos, esta cualidad tiene una relación directa con la motivación, sin embargo, es un signo de inteligencia emocional que las personas en su mundo laboral se sobrepongan a situaciones adversas y se proyecten en función de sus metas.
Para el neuropsicólogo Alejandro Maríñez, en la actualidad casi no se habla de actitud en el ambiente laboral, ahora se habla de inteligencia emocional, “esa capacidad no sólo de entender tus propias emociones, sino también la de los demás”.
Explica que, según Goleman, autor del libro Inteligencia emocional, en una empresa contratan a las personas por su habilidad, pero le despiden por su falta de inteligencia emocional. “En otras palabras, puedes ser el mejor en lo que haces, pero si no te llevas con los demás, si no puedes trabajar en equipo, entonces te despiden”.
Maríñez apunta que tener una actitud de colaboración es bien valorado en las organizaciones, sin embargo, una actitud muy complaciente y muy sumisa, no es bueno para el trabajador. “Una persona que es incapaz, por ejemplo, de solicitar un aumento de sueldo o un mejor puesto, se estanca”.
El experto en neuropsicología indica que es necesario tener un equilibrio entre tener una actitud propositiva en función de las necesidades de la empresa y de las metas personales.