SEPULTAN HOY EN BARAHONA RESTOS DEL OBISPO FABIO M. RIVAS
Fabio Mamerto Rivas, obispo emérito de Barahona.
(+) A través de su participación en Radio Enriquillo, transmitida en creol, educaba a los haitianos y les pedía no destruir su tierra ni abandonar a sus hijas que dejaban en su país.
Un emotivo último adiós le fue tributado al primer obispo de la diócesis de Barahona, monseñor Fabio Mamerto Rivas Santos, en la sede de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED).
La celebración litúrgica en su honor fue hecha antes de que sus restos fueran llevados a Barahona, donde finalmente tendrá cristiana sepultura.
El entierro tiene previsto realizarse a las 10:00 de la mañana de hoy martes, en el pueblo al que se dedicó religiosamente desde 1976.
A su despedida asistieron importantes figuras de la estructura eclesiástica católica, funcionarios y personalidades de diferentes órganos del Estado.
El 24 de abril de 1976, siendo director del Noviciado Salesiano en La Vega, fue nombrado primer obispo de la diócesis de Barahona por el papa Pablo VI.
Recibió la consagración episcopal de manos del cardenal Octavio Antonio
LEONEL PONDERÓ SU LABOR DE CAPACITACIÓN
Rivas Santos también fue un activista ambiental. Fue presidente de la Comisión de Medio Ambiente. El expresidente Leonel Fernández resaltó sus labores de capacitación y formación a los jóvenes de Barahona y otras provincias, y ponderó su lucha por erradicar el consumo de drogas en los jóvenes. Beras Rojas, el 28 de agosto de 1976, en Barahona, y tomó posesión canónica de la nueva diócesis el mismo día. A partir del año 2000 dirigía la Pastoral de Ecología y Medio Ambiente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y estaba retirado, cuya residencia estaba fijada en el Aspirantado Salesiano de Jarabacoa.
Monseñor Rivas Santos se caracterizó por ser una persona que luchó y amó profundamente a la región Enriquillo, compuesta por las provincias Pedernales, Barahona, Bahoruco e Independencia, el ámbito de acción de la diócesis.
A través de su participación en Radio Enriquillo, que era transmitida en creol, educaba a los haitianos y les pedía no destruir su tierra, y que no abandonaran a sus hijas que dejaban al otro lado de la isla.