UN MOMENTO El grito de Capotillo
La gesta de la Restauración que celebramos hoy, debe seguir viva y actuante en cada rincón; la fiesta de la Restauración recuerda lo mejor del pueblo dominicano, recuerda sus recursos; le recuerda una vez más al pueblo dominicano, que aunque se esté “tragando un cable”, puede salir adelante.
Un gobierno que no era de aquí, de fuera, los dominicanos, sin recursos quizás, supieron, como decimos nosotros, “supimos sacar de los que desfilaban: ¡Es para la cárcel que van! El dinero invertido en comprar congresistas para allanar el camino de la reelección también fue criticado y los manifestantes pensaban que no importa lo que hagan los danilistas: ¡Es para la cárcel que van!
Gastaron cientos de miles de pesos del erario para construir una pantalla mediática pero aun así fue la noticia del día. Porque en los hogares, los que no fueron a la marcha también pensaban que todos los que usufructúan el poder ¡Es para la cárcel que van!
Las bocinas que en los medios locales están conectados con el Palacio, desde donde envían el oro que los alimenta, trataron de disminuir la importancia del evento, pero los que veían y escuchaban los programas pensaban: ¡Es para la cárcel que van!
No importa que hayan fabricado una ley para partidos que facilitan el asalto a agrupaciones políticas por parte del danilismo, porque a la corta o larga lo sabemos todos: ¡Es para la cárcel abajo” y restaurar al país, restaurar la independencia, y hay que gritar lo mejor: el grito de Capotillo, el grito de la libertad, el grito de la unión.
Y hoy día, ¿qué grito tenemos nosotros que dar? ¿Qué tiene que decir el grito de Capotillo? No es “restauremos la Independencia Nacional de un país extranjero”. No.
El grito de Capotillo hoy día es: hay que restaurar la honradez. Restauremos la honradez, la honradez que necesitamos nosotros para que van! Aunque nieguen que les quiten visas, no importa el desmentido, el pueblo dominicano está seguro de que, ¡Es para la cárcel que van!
Si alguna duda cabe en la mente de los embriagados de poder, hemos juntos de recorrer lo que ayer fue noticia: lo americanos, que son la autopolicía del mundo, acaban de aprobar una ley para perseguir a políticos y funcionarios centroamericanos que se han beneficiado de la corrupción, esos como los de aquí: ¡Es para la cárcel que van! Esta legislación será ampliada, sin lugar a dudas y veremos que incluyen a políticos de otras latitudes. Cuando el actual grupo palaciego salga del poder será perseguido por el brazo de los americanos y “¡Es para la cárcel que van!”. Los norteamericanos perseguían a comunistas, narcotraficantes y ahora a los políticos que, aunque corruptos no sean, “¡Es para la cárcel que van!”.
Y los Verdes corean: ¡Es para la cárcel que van! poder salir de la pobreza. No basta con producir riquezas, no basta con que nosotros digamos: ha mejorado la economía dominicana. Si hay corrupción, hay esclavitud y hay pobreza.
El grito de Capotillo hoy, en este siglo que apenas comienza --y ya tenemos algunos años--, ese grito hoy es: hay que restaurar la honradez contra la opresión, la esclavitud de la corrupción.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.