Un mundo paralelo

Las redes sociales están plagadas de gente que vierte opiniones sobre todo lo que acontece bajo el sol. Es interesante leer los conceptos en ese mundo cibernético que existe y no existe. Algunos son totalmente falsos, otros viciosos y muchos tratan de manipular la opinión pública. Gente muy culta y civilizada deja entrever su lado oscuro y sus aviesos sentimientos, son además absolutistas, el que no esté de acuerdo con sus postulados y premisas, es un ignorante, un atrasado mental o un tarado social. Este fascinante mundo cibernético en donde la persona es presa del éter, se ha convertido en algo apasionante y obsesivo, comparable a destacados vicios que se han posesionado de la humanidad. Antaño la pérfida Albión destruyó el imperio chino con un arma de sueños y fantasías: el opio; hoy en día, los imperios pueden caer sin dispararse un tiro, gracias a las misteriosas y fascinantes redes que campean en el ciberespacio.

Un individuo, en cualquier lugar del planeta, puede poner de cabeza a gobiernos o instituciones financieras, influir en las decisiones de Estado o cambiar las intenciones de la ciudadanía. Es definitivamente un arma temible y aterradora. Además, entretiene y adormece a la población de cualquier lugar. Menos mal que a mi terrible factótum no le fascina ese mundo paralelo. ¡No sé qué sería de mí, Dios nos coja confesados!