Oh justicia
La condición primordial que diferencia al ser humano de los animales es la razón, y con ella la aspiración a que todos estamos deseosos de alcanzar, que es la libertad que solo existe cuando va de la mano con la justicia. Cuando el sistema de justicia colapsa en un país se pierden los derechos fundamentales de los ciudadanos, al igual que las reivindicaciones sociales, porque las mayores dotes que se le han dado al hombre son el juicio y la voluntad para emplearlos correctamente, evitando así la manipulación perversa.
En la lucha contra la corrupción, el ejemplo es la garantía que debemos dar a los que tienen la responsabilidad de sustentar con credibilidad acciones que estimulen a los individuos en sociedad, para que reciban con equidad la justicia dentro de un marco jurídico con la aplicación efectiva del respeto a las leyes.
El sistema de consecuencias y penalidades precisamente debe ampararse en la probidad de los que administran justicia, con la suprema independencia de los poderes fácticos y políticos, que se han divorciado del sagrado deber de garantizar el buen proceso, sin obstaculizar de manera injerencista su justa aplicación.
La paz de la sociedad depende de la justicia y con esa paz se consigue la gobernabilidad como mayor logro del sistema democrático que sustenta la diversidad de expresiones disímiles, que unidas responden a los mejores intereses de la gran mayoría de la población. Hoy estamos obligados a que la justicia responda en su ejecución a castigar de forma ejemplar a los que han trastocado el erario público en beneficio personal o de grupos, afectando de manera criminal los intereses básicos de los más excluidos de sus necesidades primarias.
La grandeza de un país comienza en la medida en que la administración de justicia otorgue a cada quien la libertad que se siente, cuando los que atentan contra la estabilidad de los demás son enjuiciados y castigados para sobreguardar los valores éticos que solventan la dignidad de los ciudadanos. De tal forma, “para ser buen ciudadano examina tu corazón, ayúdate de tu memoria y si en ellos encuentras que has faltado a la honradez, avergüénzate de ti mismo y repara el daño para bien de los demás”. acometer sus responsabilidades sociales. Una agotada administración gubernamental, como la de Danilo, tendrá menos caminos para enfrentar lo que se avecina. Es en medio de esa realidad que el señor Campos de Moya expresó que los empresarios están en desacuerdo con otra reforma de la Constitución para favorecer la reelección. En un desayuno empresarial Campos de Moya fue expresivo: “El sector empresarial dominicano entiende que la Constitución fue modificada ya recientemente y que establece los cánones para buscar una reelección.
En ese sentido, nosotros no estamos de acuerdo con modificar la Constitución nuevamente”. La Constitución dominicana define claramente la posibilidad de la reelección y contiene además el artículo transitorio que impide al presidente Medina optar por la continuidad. Ese artículo transitorio fue primero aprobado por Danilo y el Comité Político del PLD en el 2015 y luego el congreso morado lo refrendó, como parte del protocolo de aceptación de la candidatura para la reelección del actual mandatario.
Así como la Asociación de Industrias expresó su negativa a la convocatoria de la Constituyente para la otra reforma constitucional, otras fuerzas sensatas se oponen a eliminar el artículo transitorio, un valladar voluntario que se autoerigió Danilo Medina. La sociedad civil está sobrecogida por el empeño que muestra Medina en pasar por encima de todas las ordenanzas legales. Los despliegues que tuvo para la aprobación de la Ley de Partidos dejaron anonadados a todos los sectores. Merced a su poder dejó apeñuscados a los partidos de oposición en el litoral danilista quien presionó para imponer las primarias abiertas. Fue un triste desempeño que avergüenza a todos. Danilo hace esfuerzos inusitados porque no resiste dejar el poder. Está nervioso. Sus problemas de estrés aumentan. La impaciencia se plasma cuando habla y hasta ofende a los electores. No obstante, la reelección no pasará por mucho que se empeñe.