Lula: político preso o preso político
Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de Brasil, actualmente encarcelado tras una condena por 12 años por corrupción, ratificada en una segunda instancia, fue inscrito por el Partido de los Trabajadores como candidato para los próximos comicios brasileños en octubre próximo.
Hay una pregunta que queda en el aire sobre esa candidatura: ¿Se le permite a un político que está subjúdice inscribir su candidatura en el Tribunal Superior Electoral?
En este caso y para asombro, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un organismo que, en modo de aclaración, especifica que “está compuesto por expertos independientes y no de funcionarios de esta organización” (pero con el aval de la ONU), emite una declaración en la que pide que se tomen todas las medidas pertinentes para que Lula “pueda ejercer sus derechos políticos como candidato mientras se encuentra en prisión”.
Dentro de las medidas se especifican “tener acceso a los medios de comunicación y a los miembros de su partido político, que no se impida que participe en los comicios presidenciales hasta que sus recursos ante los tribunales del país sean resueltos, ser autorizado a dar entrevistas y participar en debates de candidatos”. ¿Desde cuando la ONU emite declaraciones de apoyo a un candidato cuyo sistema judicial “actúa con celo, independencia y apegado a la Constitución”, como respondió el gobierno de Michel Temer, presidente actual de Brasil.
El órgano de la ONU, que supervisa a los Estados en el cumplimiento de la Convención Internacional de Derechos Civiles y Políticos, también aclara que sus decisiones “no son vinculantes y que un Estado puede decidir cumplirlas o ignorarlas”.
¿Cabría la posibilidad de que el pueblo de Brasil decida votar por Lula da Silva sin importar que sea candidato o no para castigar a la derecha, esa derecha por sí misma cuestionada jurídicamente hablando, que derrocó a la entonces mandataria Dilma Rousseff? Lula se mantiene como favorito para ganar los próximos comicios. y las últimas encuestas lo colocan con un 37% de ventaja. ¿Ganará?