Mercados de capital: El caso Nedoca
EDedicado l caso Nedoca fue un intento de capitalismo empresarial en el país, aunque abortó en su fase intermedia de desarrollo. Hoy gran parte de los grandes emporios corporativos fueron empresas artesanales o pioneras, que están listadas en las bolsas de valores mundiales donde prevalece el capitalismo en su etapa superior. El reto del mercado de valores en el país, es cultivar una cultura empresarial de transparencia requisito - sine-qua non- de un mercado de cotizar en bolsa, piedra angular del capitalismo y de la libertad económica. La empresa Nedoca, que ensamblaba neveras y otros electrodomésticos fue concebida con el concepto de capitalización popular y posiblemente hubiese sido la pista de despegue para motivar otras empresas del país a promover el mercado accionario público, como aspiraba su fundador el fallecido empresario, José Ramón Hernández. Quizás a este ejemplo de capitalización, le faltaron las condiciones propicias institucionales en su intento de crear un mercado de valores accionario transparente y acorde a los rigurosos requisitos que ese tipo de iniciativa empresarial tendría que someterse. Tal vez y - muchos entendidos opinan -, que para la época el país no estaba quizá preparado en promover el capitalismo empresarial a través de los mecanismos de bolsa de valores. Otros dirían que la apertura comercial que ese momento gestaba su entrada al país, acabó con una empresa cuyos insumos eran importados y una tecnología que iba cambiando continuamente versus sus similares importadas. Nedoca, después de su descapitalización, fue adquirida y recapitalizada por el Grupo Corripio, un conglomerado líder en distribución de electrodomésticos y productos del hogar. El modelo de Bolsa de Valores de la República Dominicana, se sustenta en negociar instrumentos financieros que buscan maximizar ganancias y generar liquidez dentro de las normativas de las leyes monetarias que regula el sistema financiero nacional. Un reporte de la entidad da cuenta que el 2016 se transaron en cifras redondeadas RD$151,000 millones de pesos, de los cuales RD$23,000 millones fueron en el mercado primario y RD$128,000 millones en el secundario. Los principales instrumentos que se negocian son, bonos de la deuda (Ley 131-11) papeles comerciales, bonos subordinados, bonos de deuda soberana, notas de renta fija, certificados de inversiones, bonos corporativos. Su supervisión oficial está a cargo de la Superintendencia de Valores (Ley 19-00) Un nuevo proyecto de ley de reforma de la BVRD ha sido sancionado para reemplazar la actual legislación. Se cifra en este nuevo escenario jurídico, como el motor de arranque hacia un mercado de oportunidades financieras que ofrezca canales de acceso a capitales no tradicionales hacia la pequeña y mediana empresa que representa el 97% del sector empresarial del país.