SEÑALES EN EUROPA
El Banco Central Europeo (BCE) considera que la situación económica de la zona euro va por buen camino.
El Banco Central Europeo (BCE) considera que la situación económica de la zona euro va por buen camino aunque cree que todavía hacen falta incentivos de política monetaria para que la inflación se acerque al 2%, límite que la institución tiene fijado para este indicador.
“Hay que subrayar que los datos disponibles confirman un crecimiento sólido y con una amplia base en la eurozona”, señaló el economista jefe del BCE Peter Praet, según las actas de la reunión del la institución del pasado 25 y 26 de julio, en la que decidió mantener los tipos de interés en el 0%.
La fortaleza económica de la eurozona hace prever que la inflación irá acercándose a un nivel próximo al 2% “pero hay que dejar claro que para llegar a ello se requieren aún impulsos monetarios notables”, añade.
Estas circunstancias apoyan el mantenimiento de momento de la política de intereses bajos y abren la perspectiva de regresar a medio plazo a la normalidad en la política monetaria.
Paralelamente a la publicación de las actas, el presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, tuvo un encuentro con la Asociación de la Prensa Extranjera (VAP) en Berlín en la que planteó el año 2020 como una fecha en la que posiblemente pueda volverse a cierta normalidad en la política monetaria.
De momento, como lo ha dejado claro el BCE, los tipos de interés bajo se mantendrán, “por lo menos hasta después del verano de 2019 y en todo caso durante el tiempo que esto se considere necesario”.
El primer paso hacia la normalización, sin embargo, se dará antes con una reducción del volumen del programa de compra de bonos, previsiblemente para diciembre de este año, de 30,000 a 15,000 millones mensuales.
Pese a una ralentización del crecimiento en la eurozona en el primer trimestre de 2017, que se atribuye ante todo a un debilitamiento de los impulsos del comercio exterior, el BCE considera que el auge continuará y que los riesgos siguen siendo moderados.
El principal riesgo es el renacimiento del proteccionismo que, más allá de efectos directos derivados de la imposición de aranceles sobre determinados productos, pueden llevar a un debilitamiento de la confianza en la economía mundial. Las disputas comerciales, apunta el BCE, ya han afectado a diversos mercados bursátiles entre los que destaca el caso chino.