China acredita su primer embajador en nuestro país
El Salvador estableció relaciones con China popular en plena gira del jefe del Pentágono, James Mattis, por Suramérica
ACTO. De izquierda a derecha, el embajador de China en el país, Zhang Run; el presidente Danilo Medina, la vicepresidenta Margarita Cedeño y el canciller Miguel Vargas, durante el acto en que el diplomático chino presentó sus cartas credenciales.
Durante la reciente gira por Brasil, Argentina, Chile y Colombia, el secretario de Defensa de Estados Unidos, el general James Mattis, dejó muy claro que a la Casa Blanca le disgusta –y mucho– la creciente presencia de la República Popular China en Latinoamérica y la ve como parte de la disputa global que mantiene con el gigante asiático.
Al regreso de su gira, Mattis se encontró con la desagradable sorpresa que también El Salvador rompía relaciones con Taiwán para reconocer a China como único país y al primero como parte de éste, lo que redujo a nueve el reconocimiento de Taiwán como “país” en la región.
Desde 1971, cuando las Naciones Unidas aceptaron a China relegando a Taiwán, América Latina se convirtió en un terreno de disputa política, comercial y diplomática entre China y Taiwán. Durante años, China tuvo vínculos con diversos movimientos políticos que se definían como “maoístas”, que idealizaban el comunismo chino, mientras un Taiwán “desideologizado” estrechaba sus vínculos comerciales e invertía en diversos proyectos de infraestructura.
Pero todo cambió con el ingreso de China al mundo capitalista y sus inversiones en la región. De hecho, ya varios países tienen a China como su principal socio comercial, desplazando incluso a los Estados Unidos de ese lugar, justamente lo que preocupa sobremanera a la Casa Blanca.
Vale la pena destacar que un 13% del petróleo importado en China proviene de América Latina, y que Venezuela y Brasil son los principales vendedores.
Como es sabido, Estados Unidos no se queda de brazos cruzados cuando algo se mueve en su histórico “patio trasero”. Uno de los primeros en reaccionar a la decisión salvadoreña fue el senador republicano por la Florida Marco Rubio, quien cuestionó duramente la decisión de El Salvador e incluso comunicó por Twitter que había hablado con el presidente Trump “para cortar la ayuda económica al gobierno de El Salvador”.
No contento con eso, también amenazó con suspender la ayuda a la “Alianza para la Prosperidad”, un programa que nació en 2014 para asistir a El Salvador, Guatemala y Honduras con proyectos de desarrollo, y así evitar que miles de niños abandonen dichos países e intenten entrar ilegalmente a los Estados Unidos.
La República Popular China tiene numerosos proyectos en el continente africano.
Uno de los primeros en reaccionar a la decisión salvadoreña fue el senador Marco Rubio, quien cuestionó duramente la decisión de El Salvador.
Y si bien algunos de ellos compiten con empresas norteamericanas, hay una gran