Novato del Año
Es muy alta la posibilidad que dos hispanos acaparen el premio de Novato del Año en las Grandes Ligas este año. En la Liga Americana esa oportunidad se concentra en las figuras del venezolano Gleyber Torres y el dominicano Miguel Andújar, ambos militando con los populares Yanquis de Nueva York, el primero como su intermedista y el segundo defendiendo la antesala. El dúo ha demostrado las condiciones para responder ofensivamente encabezando en ese sentido a todos los nóveles del circuito, lamentablemente también coinciden en unos pobres resultados defensivos que le restan créditos cuando se hace una valoración completa. Torres, que no está en su posición original ya que su desarrollo en las ligas menores fue como torpedero, enseña limitaciones en el dominio de su posición y Andújar como antesalista está ubicado como el peor del año en ese aspecto del juego.
Esta realidad obliga a incluir como un serio antagonista por ese título a Joey Wendle, segunda base de los Rays de Tampa que está concretando un trabajo que genera menos espectacularidad, pero más amplio y en consecuencia no menos valioso. Ofensivamente Wendle aporta en el ataque con una excelente certeza haciendo contacto con la bola y un efectivo corrido en las bases y como defensor del segundo cojín sus resultados lo colocan entre los cinco mejores del circuito, tanto en el alcance como por la seguridad de su guante. Por eso, cuando se valoren los resultados para otorgar el premio al mejor novato de la Liga Americana, el intermedista de los Rays será muy tomado en cuenta. En la Liga Nacional los candidatos para ganar el Novato del Año son muchos. Los principales representantes latinos son igualmente un venezolano y un dominicano, Ronald Acuña y Juan Soto de Bravos y Nacionales respectivamente, ambos defensores del bosque izquierdo y tienen asimismo como su principal credencial una devastadora ofensiva con las que se mantienen, en la categoría de novatos, capitaneando ese renglón en el circuito. Al igual también a lo que ocurre con Andújar y Torres en la Americana, las consecuencias negativas del trabajo defensivo de uno y otro es el débito que le resta puntos en las evaluaciones. Por eso surge en ese escenario un jugador como Harrison Bader, usado por los Cardenales tanto en el centro como en la parte derecha de los jardines, se ha mantenido efectuando un espectacular trabajo defensivo que obliga a incluirlo como candidato. Una muestra muy significativa de esa capacidad es el hecho que como jardinero encabeza la liga con 22 Carreras Salvadas (DRS) en 606 episodios, superando a Lorenzo Cain que ha logrado 17 en 900 capítulos. Su contribución general ha sido tan valiosa que encabeza los novatos, en ambas ligas, en WAR con 3.8. Es el tipo de jugador que no hace nada extraordinario, pero puede hacerlo todo bien o mejor. En buen dominicano: “no moja pero empapa”.
Son también sólidos candidatos a este galardón tres lanzadores derechos entre los que se destaca Dereck Rodríguez, hijo del astro de Puerto Rico Iván Rodríguez. Reclamado a finales de mayo por los Gigantes, después de haber sido firmado en el invierno anterior al ser dejado libre por los Mellizos, ha logrado incrustarse exitosamente en la rotación del equipo. No exhibe poder, su Bola Rápida viaja alrededor de las 91-92 mph, pero con el dominio que ha ejercido se ha posicionado con un Promedio de Carreras Limpias de 2.25, el mejor entre los abridores novatos.
Los otros son Jack Flaherty de los Cardenales y Walker Buehler de los Dodgers. Ambos ocupan un lugar como iniciadores de sus respectivos equipos y su trabajo los ha ayudado a mantenerlos a flote en pos de la clasificación. Flaherty, prospecto número tres de la organización en la primavera, ha sido muy dominante en esta etapa del torneo, sus últimas cuatro aperturas han sido de calidad completando 25 episodios en los que apenas ha permitido tres carreras limpias y Buehler después de dos meses de inestabilidad en junio y julio ha recuperado en este agosto la hegemonía que exhibió en abril y mayo, ayudando a estabilizar el maltrecho cuerpo monticular de los Dodgers.
En definitiva, se vislumbra reñida la competencia por el galardón en el viejo circuito.