VIVENCIAS
HJuan Francisco Puello Herrera
ace algún tiempo escuché que hay tres cosas que una persona no puede esconder: la riqueza, la pobreza y los complejos. En las tres hay un denominador común: carencia de algo. La riqueza carece de escrúpulos, la pobreza de bienes y los complejos que es imagen distorsionada de la propia persona, de autoestima. No se puede confundir el deseo de superación con los complejos, aunque el primero sea utilizado para esconder frustraciones existenciales.
Es el caso de alguien que sintiéndose discriminado por su condición social y física emprende una carrera para su formación profesional con el deseo de superarse, y hasta ahí está muy bien. Pero cuando un individuo de estas características, desea llegar a la meta como sea, logrando ser aceptado con los atributos físicos o condición social que le precede, es algo preocupante.
Cuando éste quiere ser el mejor imponiéndose sutilmente hay un problema. Cuando el problema se origina en querer esconder sus deficiencias, mediante la afectación que produce una metamorfosis dañina llevándolo a hacer el ridículo, hay un problema. Y sigue siendo un problema, cuando cambia su forma de vestir, su manera de andar y hasta de hablar. La conversión en un “señor”, lo hace imprescindible, cosechando “éxitos” y reconocimientos. Mezquino por antonomasia, siempre propenso a los lujos le acompaña una gracia maliciosa.
Otro aspecto, no menos importante, es su presentación en sitios públicos, se hace notar desde su entrada, saludando a todos con “distancia y categoría” y con aires de gran caballero. Estos complejos llegan al clímax, cuando hace galas de su elocuencia, ahí le sale toda la complejidad que ha acumulado en sus años de existencia. Se torna soberbio, sabedor de todo, un patriarca entre los patriarcas.
El mayor logro de una persona debe ser la conquista de su personalidad, que será posible si entiende que su desarrollo debe ser obra propia y de nadie más. Según los estudiosos del comportamiento humano, un complejo no es más que un “sentimiento que domina la conducta de una persona sin razón consciente y que encuentra sentido en una situación del pasado que dejó una huella permanente”. ¡Vaya usted a saber!