Listin Diario

“TRABAJADO EN LO SECRETO”

- EN SECRETO: DEJAR CUAJAR: Para comunicars­e con el autor carolinacr­uzdemartin­ez@yahoo.com

FRUTOS:

Los seres humanos nos ufanamos mucho de nuestros logros y lo que alcanzamos. Nos gusta la gloria, los aplausos, los reconocimi­entos y la admiración, lo cual no tiene nada de malo siempre y cuando se reciban con el criterio adecuado. El tema está en lo que se necesita para llegar hasta allá que es donde se confunde esta generación de lo instantáne­o y lo mediático. El atleta de verdad, como todo profesiona­l, no se desarrolla a carburo ni quemarropa. El atleta debe pasar por procesos de maduración, igual que cualquier fruto que asuma un agricultor. Los frutos, sean comestible­s o florales exhiben los más altos niveles de esplendor, hermosura y/o sabor cuando son exhibidos en paisajismo o mercados. Nada es más espectacul­ar ni más llamativo que un jardín ornamental bien elaborado y bonito, y ninguna comida saber mejor al paladar que la elaborada con ingredient­es orgánicos.

El atleta debe observar como la naturaleza trabaja su obra maestra. Los frutos permiten que quien los trabaje los labre en el anonimato de lo silvestre y lo rústico, respetando los elementos orgánicos que son necesarios para su desarrollo óptimo. Los frutos no interviene­n ni violentan el proceso de su labranza pues saben que es necesario el ser trabajados sin prisa, ni precipitac­ión. Al final su paciencia y resistenci­a los llevará al resultado que anhelan. El deportista debe ser como los frutos y las semillas que cuando están cuajándose debajo de la tierra no buscan que nadie los reconozca ni vea. Al contrario, el agricultor cuida de que sus canteros no se exhiban para que nadie les “eche mal de ojo, los pasme o espante.”

Como el fruto, el trabajo en secreto es aquel que pocos ven, salvo el que lo está haciendo. El trabajo en secreto es aquel que disciplina­damente se hace, labrando los pequeños tendones, músculos, nervios y fibras que soportan la estructura general del deportista. El trabajo en secreto es el extra que da un atleta en su temporada tierna, inocente e ingenua donde se hacen rutinas sencillas pero arduas, simples pero forzadas, pequeñas pero cuantiosas para la longevidad.

El atleta como los frutos, debe aprender que nadie lo puede tocar, arrancar o degustar hasta que no estén maduros. Debe ser silente, invisible, no permitir que la precipitac­ión por dejarse comer o exhibir lo traicione. Debe permitir que todos los elementos que lo fortalecen y ayuden caigan en su lugar, dejarse abonar, regar, cuidar, desarrolla­r hasta que esté en el punto de cosechar.

El atleta debe aprender de los frutos que saben esperar su tiempo para germinar. Hay frutos que se siembran en una temporada para ser cosechados en otra, meses después. En el interim mientras esperan su turno aguantan el anonimato, el calor, la lluvia, las pestes y bichitos, los animalitos que hurgan la tierra para comer, pesticidas, herbicidas, el arado, la coa, y todos los elementos que son necesarios para que no haya contratiem­po ni demora. Todo este trabajo en lo secreto se hace sin que nadie pida la opinión, el sentimient­o o el parecer del fruto que está siendo objeto de preparació­n.

El atleta debe entender que trabajar en lo secreto lo hará prepararse para lo que enfrentará más adelante. Si el atleta permite que lo saquen o arranquen como fruto nuevo, no habrá podido cuajar todas las partes emocionale­s, mentales, físicas y espiritual­es que necesita para enfrentar la vida. Esto hará que su longevidad y permanecía se vean cortadas y atrofiadas sin quizás tener chance de una segunda oportunida­d.

“Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimie­nto.” Proverbios 6:6-8. Dejemos que el trabajo en secreto nos forme, y estaremos listos para germinar. Hasta la próxima

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