Gerónimo Peña
Ha habido muchos peloteros, que en principio se nota pueden llegar lejos en la carrera del béisbol, donde entran unos y salen otros, pero las vicisitudes de la vida le hacen cambiar y terminan antes de tiempo.
Hoy, nos vamos a referir a un muchacho de nombre GERÓNIMO PEÑA, quien vino al mundo en fecha 29 de marzo de 1967, en el Distrito Nacional. Era un joven de unas aptitudes muy positivas, se desempeñaba en el infield, pero mayormente en la intermedia, aun cuando podía defender cualquiera de las otras bases del cuadro.
Bateaba de ambas manos, poseía de estatura seis pies y una pulgada y su peso rayaba en las 170 libras, exhibiendo gran movilidad en su condición de defensor del segundo saco. Era bueno con el bate y el guante. Jugó pelota de aficionados, donde pasó varios años destacándose, hasta que el escucha Robertico Díaz le cayó atrás, convenciéndole de pasar a la pelota rentada, que es la que deja dinero. Robertico vio que el novato reunía buenas condiciones, tenía calidad para dar el salto y entonces lo firmó como agente libre para los Cardenales de San Luis, en la Liga Nacional, el 9 de agosto de 1984. Ya escribiremos más tarde de sus andanzas por las ligas Menores y luego por las Mayores.
El capitaleño debutó en la Liga Dominicana en la temporada de 1987-1988, donde vio acción en 43 partidos con los Tigres del Licey, obteniendo un promedio ofensivo de 244, 38 hits en 156 turnos al bate. El amigo Gerónimo únicamente participó con los Tigres durante su carrera de profesional en Dominicana. Con ellos actuó en 8 campañas otoño-invernales. En el campeonato 1990-1991, el criollo marcó 375 al bate, su mejor promedio de por vida.
He aquí sus numeritos cuando jugaba en la Liga Dominicana: