No hay imposible
Terminaba la entrega anterior retomando la creencia de que Danilo y Leonel -¿y quién mejor que ellos dos para saberlo?- se necesitaban el uno al otro, porque con objetivos distintos dividían al Partido y lo sacaban del poder. Y eso está muy claro, por lo que taparse los ojos y encaminar cualquier iniciativa donde una de las partes ignore a la otra, no sería más que una aventura con pocas posibilidades de éxito y que, a fin de cuenta, merezca el calificativo de “pecado sin provecho”. Tras la reciente demostración de fuerza del expresidente Leonel, especialmente en las bases de su organización y sectores extra PLD, y la realidad de la mayoría coyuntural exhibida por Medina en el CP y el CC, se fortalece la creencia de observadores y opinantes de que las dos figuras que comparten el liderazgo en el partido fundado por Bosch están obligadas, por realidad, circunstancia e inteligencia, a pactar un acuerdo de alta política o saborear la dura realidad de salir del poder y entregar el cetro a alguien de la oposición, aun cuando el agraciado no esté fácilmente a la vista. El PLD, con sus aportes y con los errores que le han ganado críticas, todavía sigue teniendo una mayoría que podría ratificar en las urnas, salvo que la ambición desmedida o la pérdida de la perspectiva de una de las partes lo empujara a una división insalvable. Ahora, como “culebra no se agarra en lazo”, esto último lo creemos poco probable, pese a una “insistencia” mediática poco entendida y nada disimulada de gente de la televisión. Por ejemplo, si está claro que la garantía de éxito y de triunfo del PLD ha sido –y lo sería con miras al 2020-, ¿por qué el empecinamiento de algunos en vender o hacer creer que las relaciones Danilo-Leonel han llegado a un punto muerto o a nivel de lo insalvable? Además de que eso no es así, los que “atizan” -porque les beneficia o quieren beneficiar a otros– se olvidan de que en política no hay nada escrito ni imposible y de que ésta es hija de las circunstancias y de la conveniencia (¿). Hará unos cuatro meses que escuchamos al doctor Fernández aclarar, en un aparte con periodistas amigos tras un evento cultural en Funglode, que no tenía ningún problema de relaciones con el presidente Danilo Medina, que cuando tenían alguna necesidad de comunicarse, se comunicaban. Pero se insiste con esto, como con la pregunta sobre la reelección, que pese a la prohibición, nunca se queda, y los medios no ayudan con la misión de educar y fortalecer las instituciones. Además, los que venden la idea de que a Danilo le iría peor con Leonel que con uno de la oposición, olvidan el caso Jorge Blanco, que le cerró el paso a Jacobo, y, Balaguer, lo metió preso.